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Mariana Di Girólamo: “Trato de no creerme el cuento”

Es “María Belén Risopatrón” en “Pituca sin Lucas” (Mega); nunca pensó estudiar Teatro, ingresó a Obstetricia, y se retiró de la carrera porque se dio cuenta que no era lo suyo. Egresó hace sólo un par de semanas, y ya se perfila como una futura gran actriz. Por Isabel Pinto G. Fotografías: Gonzalo Muñoz. Producción de moda y make up : Mackarenna Claro. Vestuario y accesorios: La Juana Pérez.

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Mariana Di Girólamo tiene 24 años y egresó hace un par de semanas de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica; sin embargo, la actuación nunca fue su prioridad. En el colegio le gustaba la Biología, por lo que decidió tomar los electivos de esa área para posteriormente estudiar Enfermería. «Di la PSU y me fue bien, pero no me alcanzó ni para la Chile ni para la Cato, que eran las universidades que yo quería, y opté por algo similar. Después de conversar con hartos tíos médicos llegué a Obstetricia en la Chile». Estuvo más de un año en esa carrera, «habían ramos muy interesantes, pero a la vez era muy específica, había que tener mucha vocación. Yo no la tenía, y no fui muy feliz en ese periodo; cuando a uno no le gusta lo que está haciendo es penca, entonces, de un día para otro tomé la decisión de salirme, ni siquiera para estudiar Teatro, sino para dejar de estudiar Obstetricia».

Trabajó entonces en un café y en la Fundación de Archivos y Documentos de la Vicaría de la Solidaridad, para así pagarse un preuniversitario y volver a dar la PSU, mientras decidía qué estudiar. «Di la PSU de nuevo, y ahí salió la Beca Vocación de Profesor, entonces dije ‘tal vez estudio Pedagogía’, pero hasta el último momento no lo tenía claro».

¿En qué momento decidiste estudiar Teatro?
Es que siempre me ha gustado el teatro y cantar, participaba en los musicales de mi colegio, que eran bien pro y conocidos, siempre estuvo el bichito ahí.

¿Es verdad que no le contaste a nadie?
Sí. Decidí ir a dar la prueba de actuación, porque uno da una prueba especial para estudiar Teatro, y no le conté a nadie. Aprendí mi texto, pagué mi cuota y de ahí me olvidé, porque los resultados los dan harto tiempo después. Me avisaron que había quedado, y en la PSU me fue la raja.

¿Aprobar la prueba especial te ayudó a tomar la decisión?
Sí, porque de repente uno necesita estos flechazos para decir «ya, sí, es lo que tengo que hacer», y grité. Fue cuático, porque había ido a dar la prueba sin avisarle a nadie, no me preparé, hay gente que toma preuniversitarios teatrales o cosas así. Entonces fue como reforzarme un poquito a mí misma y una ayuda para decirme «tal vez tengo dedos para el piano, es lo mío». Si me hubiera ido mal te aseguro que no lo habría intentado de nuevo, hubiera dicho «es una señal también y voy a estudiar Pedagogía Básica». Claro que me ayudó a tomar la decisión.

¿Qué pasó cuando supiste que habías quedado?
Se me hizo, estaba con miedo, dije «¿será lo mío?». Hasta el último momento, cuando tienes que poner qué vas a estudiar, ahí decidí que Teatro iba a ser mi primera opción, y después puse Pedagogía.

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¿Cuál fue la reacción de tu familia?
Para todos fue muy sorprendente saber que iba a estudiar Teatro, nadie se lo esperaba, fue una sorpresa para todos, para mí también.

Teatro es una carrera más inestable que Obstetricia, ¿qué te dijeron tus papás?
Mis papás son artistas, y por el lado paterno, que es toda el área Di Girólamo, fue full apoyo. Tal vez a mi mamá, no es que le haya costado o que me dijera que no, pero le dio un poquito más de susto y me dijo «¿estás segura Mariana? ¿Es lo tuyo?». Pero una vez que estuve adentro y me empezó a ir bien, me vio feliz y se dio cuenta que me gustó. Además que tuve pega estando en la Universidad, eso como que me ayudó a demostrar que estaba donde tenía que estar.

Dicen que eres bien matea…
Sí, en el colegio era muy matea. Siempre he sido bien autoexigente y mi mamá siempre ha estado muy encima, sobre todo cuando era chiquitita, siempre lo he sido, en la universidad también y ahora en la pega igual trato de serlo.

¿Sientes que la actuación es algo innato para ti?
No, todos tenemos potencial y sí, tengo más facilidades, siempre he tenido buena voz y esa es el área que a mí me gusta y creo que es en lo que me ha ido mejor. Al principio le saqué mucho provecho a mi vozarrón y nunca me ha costado mucho hablar ante el público, tengo cierto manejo para improvisar, pero innato no, por algo también me demoré tanto en tomar la decisión, nunca dije «esto es lo mío». No es fácil, a mí me costó mucho actuar frente a cámara porque es muy distinto.

Roberto Matus, director de casting de producciones como «Los 80», «Los archivos del cardenal» y «Sitiados», dijo que serás «una de las tremendas actrices de este país», ¿qué te parece su opinión?
Hice un casting con Matus para ese proyecto «Sitiados», y sé que hice un buen casting. Traté de no darle mucha bola a ese comentario, porque si bien lo agradezco mucho, si me lo tomo como una responsabilidad me voy a volver loca. Agradecer que él haya visto eso en mí y trabajar para que ojalá así sea. Trato de no creerme el cuento porque es muy fácil caer en eso.

 

Familia de artistas
Mariana es nieta de Claudio Di Girólamo, sobrina Claudia Di Girólamo y prima de los también actores Pedro y Antonio Campos. Paolo, su padre, pinta y es productor audiovisual, y su mamá también es artista.

El apellido Di Girólamo, ¿es una carga?
No, al principio en la escuela tuve miedo, porque sabía que me iban a preguntar; no es un apellido que pase piola y se prestó para ciertas tallas, pero siempre en la buena onda. Lo que era más pajero era que los profes te preguntaran al frente de los compañeros «¿eres algo de la Claudia?», porque a mí me daba un poco de vergüenza que tal vez ellos sintieran que estaba recibiendo ciertos privilegios por ser «sobrina de…». Pero el cupo me lo gané por un conducto muy regular, he llegado a todos lados por los conductos regulares, casting y cosas así, entonces la verdad es que no. Me lo preguntan harto, y digo que no ha sido una carga negativa, para nada.

¿Heredaste los talentos familiares?
Hay gente que dice que actuamos parecido con la Claudia, porque uno imposta la voz para actuar, yo no hablo como lo estoy haciendo ahora. Cuando mi papá y mi mamá me fueron a ver para el primer examen de la escuela fue como «¡Uf!, hablas muy parecido», y bueno, tenemos este tema de la voz como intensa, media profunda… Pero somos bien distintas, me veo como un poco más frágil; la Claudia es como más ruda, más tosca creo, pero sí están los genes por ahí, y la sangre tira.

¿Qué te dijo Claudia cuando te vio en esa obra de egreso?
Me abrazó, creo que estábamos las dos un poquito nerviosas, pero bien, le gustó harto, me felicitó por mi trabajo. Vamos a trabajar juntas en la obra «La Tempestad», de Shakespeare, con Rodrigo Pérez, quien fue el director de mi egreso. Se estrena en mayo.

Compartir escenario con tu tía, ¿qué significa?
Expectación, aprender de una maestra, lo encuentro bacán, no sé cómo va a ser. La Claudia es un referente enorme, soy sobrina de una tremenda actriz, para mí es un privilegio.

¿Y qué admiras de tu abuelo?
Que fue un hombre capaz de sacar adelante a su familia haciendo arte. Son cinco hijos, sigue con mi abuela, que es su mujer y que la adora por sobre todas las cosas. Lo admiro como persona, como artista, encuentro que es talentosísimo, versátil, y creo que ha sido un aporte muy importante para el desarrollo cultural del país; tal vez medio anónimo, pero la gente de su época que es más instruida lo admira mucho y no por nada. Fue precursor de muchas cosas y dio la pelea en la época de la dictadura.

 

«Pituca sin Lucas»
¿Cómo llegaste a la teleserie?
Moira Miller, directora de casting y coaching de Mega, me invitó a participar en un taller donde instruyen en actuación frente a cámara. La idea es que el canal tenga un staff de actores, y cuando estuvo la teleserie me ofrecieron el personaje. Me reuní con los directores de la teleserie, les dije que mi prioridad era terminar la universidad, y me dieron la oportunidad de hacer las dos cosas.

¿En qué te pareces a tu personaje?
Tal vez no era muy distinta en el colegio; no era tan pánfila pero sí era bien matea. La Belén es empática, yo igual trato de ponerme en el lugar de las personas, de estar atenta a las necesidades de los demás. En el tema del amor nada que ver, es que a la Belén hay que pegarle cachetadas para que atine.

¿Fue importante debutar en una teleserie que arrasó en sintonía?
Te miento si te digo que nuestra idea no era ganar, obvio que sí, pero tampoco era botar a la competencia; un actor nunca va a querer eso para un colega, igual fue bien chocante, pero estamos todos muy agradecidos de lo que ha pasado. Tampoco es gratuito, hay mucho trabajo detrás y mucha cabeza, que partió con la Quena y su equipo y que se concretó con nuestras actuaciones.

¿Qué ha significado trabajar con actrices como Gaby Hernández y Paola Volpato, que tienen mucha experiencia?
A la Gaby había tenido la oportunidad de verla en teatro en una obra que se llamaba «Mina Antipersonal», que se pasó, la admiraba desde ese entonces, para mí es trabajar con maestras, y la Paola también, ella con la Ingrid (Cruz) han sido mis mentoras, porque necesité de mucha ayuda al principio en cómo manejarme con las cámaras y cosas bien básicas.

De los actores jóvenes, ¿con quién has tenido más feeling?
Con la que comparto mucho es con la Monse, Montserrat Ballarín, que es la que hace de Jesús, mi hermana mayor; ella también estaba en la Cato, entonces la conocía de antes. Ella tiene 28 y yo 24, con ella nos apañamos mucho, porque las dos estábamos aprendiendo. Augusto Schuster, si bien no me dio consejos propiamente tal, tiene una tranquilidad frente a cámara que a mí me inspiró harto, estaba muy nerviosa y él tiene una soltura que es envidiable; las escenas con Augusto nos fluyen súper bien, las hacemos rápido.

¿Cómo resumirías el 2014?
Ha sido un año lleno de cambios, bien vertiginoso; terminé la universidad, que es algo bien heavy, que sólo lo pude constatar una vez que hice mi última función de egreso, la teleserie, me fui a vivir con amigas, dejé mi casa materna hace un mes. Ha sido un año con muchos cambios, pero estoy muy agradecida por todos, he crecido harto, me he conocido en otras facetas.

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