Es un trastorno, pero como muchos otros, tiene solución. La ansiedad afecta a muchas personas, y más se incrementa con los niveles de exigencias laborales que tenemos hoy en día.
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Entender el comportamiento de una persona con ansiedad no siempre es fácil para los demás, y las actitudes y palabras que salen de la boca de alguien que sufre de un trastorno de ansiedad no siempre representan lo que realmente siente o quiere decir.
Hay que entender que por más común que sea, es un problema y quien lo experimenta no lo pasa bien con eso. Teniendo esto claro, en vez de criticar o culpar a ese amigo o familiar ansioso por sus defectos, podemos comenzar a tratar de ponernos en su lugar.
En este contexto, hay cosas que es bueno saber acerca de esto, y que ayudarán a los demás a comprender de mejor forma y empatizar con quienes sufren este trastorno. No necesitas ser sicólogo ni profesional de la salud para ayudar, sólo con tu apoyo todo mejorará.
1. Esto no tiene que ver contigo
Con esto, no nos referimos a que la ayuda de los demás no será bienvenida, sino a que las emociones negativas o tristeza que una persona con ansiedad puede tener, no siempre son producto de algo que los demás dicen o hacen.
2. A veces los miedos son irracionales
Tratar de entender los miedos que una persona con ansiedad puede tener no llevará a nada concreto. Muchas veces, existe la ansiedad a cosas irracionales, y no sirve de nada recalcar esto.
3. La ayuda se agradece, aunque no se note
La ansiedad es agotadora, y a veces los demás tratan de ayudar pero después de un tiempo dejan de hacerlo porque creen que no sirve de nada. Toda ayuda sirve, aunque la persona con ese trastorno quizás no te lo diga en ese minuto.