Trabajar todos los días y no morir de estrés en el intento, no es nada fácil. Son tantas las cosas de las que nos tenemos que preocupar y es nuestro cuerpo el que finalmente sufre las consecuencias de todas las tensiones acumuladas.
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Entre el trabajo, la casa, los amigos y la pareja es muy poco el tiempo que nos queda para nosotras mismas, y esas pocas horas las ocupamos para descansar y dormir.
Pero para nuestra suerte, existen algunas formas para controlar todas esas preocupaciones que traemos de la oficina y la mejor manera de hacerlo es en el mismo momento en que nos sintamos estresadas.
Es ahí, cuando creemos que nuestra cabeza va a explotar o que tenemos ladrillos sobre nuestros hombros, cuando debemos poner en práctica algunas técnicas que nos ayudarán.
Una simple, pero muy efectiva secuencia de yoga podría ser nuestra salvación; nos desharemos de toda esa tensión innecesaria y molesta.
Basta con que nos levantemos del escritorio y busquemos un lugar cómodo para hacerlo. ¡Ah! Y por supuesto, tenemos que pedir permiso a nuestro jefe, no queremos que después el estrés sea el doble cuando nos despidan por no haberlo hecho.
Lo primordial es que empecemos a estar cada vez más atentas a nuestra respiración, cuidar que ésta sea profunda y consciente. Luego, podemos hacer los ejercicios que nos liberarán de ese estrés que tanto mal nos hace.