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Embarazos múltiples: ¿consecuencia de la inseminación?

 

 

Los embarazos de dos o más niños –o embarazos múltiples– en Chile no llegan al 2% del total de nacimientos (1,91%); sin embargo, para algunos ya es tema de preocupación desde que se publicaron las cifras de Estadísticas Vitales 2011 del INE, en el que se proyectó su aumento.

El 2011 hubo un 11% más de embarazos múltiples que el 2000. De ese porcentaje, la mayoría fueron gemelos, que aumentó un 14% desde principios de este siglo. Si bien estos porcentajes pueden verse menores, lo cierto es que en un país como el nuestro, donde baja constantemente la tasa de fecundidad (el 2010 fue de 1,91 hijos por mujer en edad fértil), el resultado no es menor.

¿Está la causa en el aumento de tratamientos de inseminación artificial? Según cifras del Registro Civil, un papel determinante lo juega la edad de las mujeres al momento de embarazarse. Entre el 2000 y el 2010, por ejemplo, creció un 18% los nacimientos de madres entre los 40-45 años. Y estas mujeres tienen estadísticamente más embarazos múltiples per sé.

Ahora bien, cuando hablamos de un aumento de embarazos múltiples nos referimos esencialmente a los gemelares, ya que los trillizos, cuatrillizos o más, han disminuido. Esto es excelente, ya que estos embarazos son los considerados de mayor riesgo.

 

El papel que juega la inseminación
El doctor Reinaldo González, experto en Medicina Reproductiva y profesor asistente del Instituto de Investigaciones Materno Infantil de la Universidad de Chile, sabe perfectamente este tema. Pero para comprenderlo nosotras, lo primero es entender qué es una inseminación. «La Inseminación Intrauterina (IIU) es un procedimiento en el que se prepara una muestra de semen para seleccionar a los espermatozoides vivos y móviles, para luego introducirlos a través de un catéter fino dentro del útero en forma sincrónica con la ovulación de la mujer», explica González, también Director de Profertilidad.cl.

Otra cosa es la Fertilización In Vitro (FIV), «en la que se obtienen oocitos (óvulos) de la mujer a través de una punción ovárica (con anestesia), para luego fecundarlos en un laboratorio y finalmente transferir 1 o 2 embriones dentro del útero», define el especialista.

¿Para quiénes se recomienda una y otra? La IIU para parejas en que la infertilidad es de pocos años de evolución (en general, menos de 4), y donde la causa de la infertilidad sea Anovulación (falta de ovulación), síndrome de ovarios poliquísticos, hipogonadismos hipogonadotropos, hiperprolactinemia, hipotiroidismo, estrés, anorexia, entre otras; alteraciones leves o moderadas del espermiograma; endometriosis con trompas permeables, o infertilidad de origen desconocido.

Como requisito, en todas ellas debe haber una evaluación de la permeabilidad de las trompas y tener al menos una trompa permeable (o sana).

Y la FIV se recomienda en parejas que llevan largo tiempo de historia de infertilidad (más de 4-5 años), en que la causa de la infertilidad sea obstrucción bilateral de las trompas de Falopio o antecedente de salpingectomía bilateral (resección de las trompas) o esterilización quirúrgica; alteraciones severas del espermiograma; falla de ciclos de IIU (después de 3 o 4 ciclos de IIU con resultado negativo); endometriosis en mujeres mayores de 35 años, o mujeres mayores de 38 años o con baja reserva ovárica.

El resultado exitoso de estos tratamientos, según el doctor González, es importante. La IIU tiene una tasa de embarazo de 10 a 20% por cada intento, y tasa acumulativa de 40% aproximadamente después de 3 a 4 ciclos (o inseminaciones). Por su parte, la FIV tiene tasa de embarazo de 40% por ciclo, y acumulativa de 70-80% después de 3-4 ciclos.

Ambas estadísticas en mujeres menores de 38 años y con buena reserva ovárica.

 

Mito o realidad
El mito al parecer es efectivo, pero desde otro punto de vista. Y es que los embarazos múltiples no son producto directo de la inseminación, sino consecuencia de la estimulación ovárica (con hormonas inyectables u orales), en que crece más de un folículo y, en consecuencia, se puede fecundar más de un oocito. Lo normal es que la mujer ovule un oocito al mes. En estos tratamientos a veces ovulan más de un oocito, y por eso hay embarazos múltiples. De ahí la importancia de hacerlo en manos de especialistas, para controlar que no se ovule más de dos oocitos. En el caso de FIV, es por transferir dos embriones.

Efectivamente ambos tratamientos tienen un riesgo aumentado de embarazo múltiple, respecto al embarazo natural. «La posibilidad de que sea múltiple es de 10 al 20% de las mujeres que se embarazan con estas técnicas de reproducción asistida», dice el especialista.

Para controlar este porcentaje de probabilidades, en ambos casos (IIU y FIV), el tratamiento debe ser hecho por especialista certificado.

En IIU se controla mediante seguimiento folicular (ecografías) que no crezcan más de 2 folículos (u óvulos), para que, en caso de existir embarazo múltiple, no sea de más de 2 bebés. Y en el FIV, se transfiere un máximo de dos embriones.

«La posibilidad de división de uno de esos embriones o de gemelos idénticos, dando como fruto embarazos triples o cuádruples, es menos del 1% de los tratamientos hechos en centros acreditados y con especialistas certificados», remarca González.

Sin embargo, es importante no preocuparse en el caso de tener un embarazo múltiple, sino más bien ocuparse. En este sentido es importante hacer un control estricto del embarazo, con ecografías frecuentes, control por perinatólogo o especialista en embarazo de alto riesgo, y seguir las indicaciones médicas correspondientes.

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