Todos hablan de lo difícil que es ser mamá, pero nadie habla de lo difícil que es la vida cuando recién te casas. Tienes que acostumbrarte a ver a esa persona todos los días, conocer aún más sus rutinas y saber a fondo lo que le gusta o disgusta a tu pareja.
Habíamos estado juntos durante 5 años, así que no esperaba que el matrimonio pudiese hacer mucha diferencia, pero la tiene. Me encantó la organización de la boda, tuvimos una fantástica luna de miel pero volver a casa fue un bajón enorme. Habíamos gastado hasta el último centavo, así que no teníamos dinero para lujos.
Esto lo comenta Helen, de 27 años, quién se casó con Jim, de la misma edad. Ambos son londinenses. Ella continúa afirmando que…
Cuando te sientes un poco deprimida, cada cosa que hace tu marido y que te molesta parece 20 veces peor, porque tienes la noción de que estás con él “para siempre”. Hemos tenido más peleas durante el año que las que habíamos tenido los 5 años anteriores. Pueden ser por diversas cosas: lo que hay para cenar, lo que falta en la nevera, lo mucho que alguno ha bebido, todo lo que tenga que ver con patrones y hábitos. Todavía lo amo, todavía quiero estar con él pero para ser honesta...eramos más felices antes de casarnos.
El caso de Helen no parece ser el único. Miles de parejas pueden estar pasando por algo parecido, y aunque existan otras que vivan una relación de miel sobre hojuelas, aquí tenemos algunos consejos que pueden ayudarte a pasar por las etapas más críticas.
Resolver desacuerdos
Partamos por lo obvio. Los desacuerdos son naturales, pero si estos no se manejan de forma adecuada los resentimientos se pueden acumular. Un acuerdo sensato, si es que ambos son naturalmente exaltados, es darse el tiempo para calmarse y hablar de ello más tarde. No debemos culpabilizar al otro ni hacer acusaciones cuando estamos molestos. Debes estar dispuesto a pedir perdón cuando te equivocas y a respetar las opiniones del otro.
Gastar y ahorrar
Es mejor mantener sus propias cuentas bancarias y tal vez tener una cuenta en conjunto para cubrir los gastos del hogar, tiempo de ocio y vacaciones. Cada uno debe mantener su dinero para gastarlo, ahorrarlo o hacer con él lo que desee. Hablen cada mes sobre las finanzas y asegúrense de estar al día con todas las cuentas. No por estar casados ahora no podrán disponer de su dinero para gastos personales, ¿no crees?
Compartir las tareas
Quién hace qué en la casa puede ser una importante fuente de conflictos. Hay cosas que se te darán mejor a ti y otras mejor a tu pareja. Dividan las tareas y vayan intercalado las responsabilidades menos agradables.
Hacer tiempo para estar juntos
Hablar y desarrollar cercanía emocional es vital para mantener una relación viva. Es importante ser afectuoso con la persona que escogiste para casarte, ¿es obvio, no? Hay que mantener viva la pasión y seguir comportándose como adolescentes en el sexo, eso no debería cambiar por nada del mundo.
Compartir con los suegros
Sí, quizás no te agradan demasiado, pero puede que tus padres tampoco sean magníficos. Comparte con tus suegros, escúchales con afecto y simpatía, sin embargo, ten las cosas claras y no dejes que interfieran en tu matrimonio. Esta es tu nueva familia y no debe haber nadie tratando de comentar cosas de mala manera. Equilibrio es la palabra.
Mantener vivo el amor y divertirse
Es importante hacer cosas juntos, pero también tener algo de tiempo para ti y tus amistades. Recuerda disfrutar y mantener tu vida, pero también expresarle a tu pareja cuánto lo quieres o la quieres. Las palabras lindas no se dicen solo durante el sexo. ¿Por algo nos casamos, no crees?
