Cuando comienzas una rutina de ejercicios verdaderamente intensa, tus amigos que ya llevan un tiempo en eso de hacer ejercicio, siempre tienen recomendaciones, según su experiencia. El problema es que pareciera que todas se contradicen.
Algunos te dirán que no comas antes del ejercicio, otros que sí. Muchos te recomendarán comer mucha proteína, a otros les preocupará que quizás comas demasiada. Hay que aceptar el hecho de que, aunque lo hagan por cariño y en tu interés, la verdad es que siempre es mejor consultar otras fuentes al respecto.
Aún si no eres experto, seguro hay algo que sí te queda claro: comer demasiado o muy poco antes de salir a correr, o ir al gimnasio, puede hacer tu rato mucho menos ameno.
La primera regla tiene que ver con elegir bien la hora. Haz lo posible para programar tu rutina con la comida más grande del día. Si por ejemplo, te encantan los pancakes, ejercítate antes de la hora del desayuno. Elige bien, para que también sepas qué comer y qué no antes y después de tu rutina.
Antes del running
Primero que nada, recuerda que sí tienes que comer algo antes de salir a correr o ir al gimnasio. Antes de ir a comprar alguna de esas “malteadas energéticas”, mejor opta por yogur, granola y frutas. Tendrás un desayuno completo con lácteos, frutas y cereal. Los licuados son también otra gran opción. Rápidos de preparar, portátiles y deliciosos, son una gran opción para darle a tu estómago antes de empezar el día con un poco de running. No dudes en agregar una cucharadita de aceite de coco a tu licuado.
Puede que seas de esas personas que no despiertan antes de obtener su cafeína. Puedes tomar café en frío con leche de almendras y un poco de proteína en polvo sabor chocolate. Ideal para energizarte. No olvides que otros buenos acompañantes para antes del running son las pasas, las almendras, la avena y, por supuesto, el agua.
Si decides hacer ejercicio más tarde, los mejores alimentos para ese momento incluyen ostras, ricotta bajo en grasas, jugo de tomate o salmón. Cualquiera de estos te ayudará a sacar máximo provecho de tu rutina sin sentirte pesado o con el estómago vacío (de las peores sensaciones del mundo).
Después de correr
Lo que se come después de una intensa rutina es también de suma importancia. De eso depende que nuestros esfuerzos fructifiquen de forma adecuada. Una hora después de ejercitarse, tu cuerpo necesita reponerse de proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Por ejemplo, existen un buen número de alimentos que no son muy buenos después de una ruda sesión de ejercicio, entre ellos la pizza.
Según Lifehack, lo mejor que puedes ingerir después de una sesión de ejercicio es un licuado. Pero seguro tienes más hambre, así que por qué no disfrutar de una ensalada de quinoa, o un huevo con aguacate. Tendrás la cantidad necesaria de proteínas, sin abusar de las grasas.
Recuerda: la clave está en la proteína y los carbohidratos. Puedes elegir un filete de salmón o pollo a la plancha, incluso el jugo de naranja es fenomenal. Si quieres algo un poco más ligero, o tienes que esperar a la hora de la comida, siempre lleva contigo nueces y frutos secos: te quitarán el hambre y te darán proteína y grasas saludables.
Lo más importante: no te olvides de comer algo para que tus músculos se recuperen y sea lo que sea, acompáñalo de agua. Mucha agua.