Conociste al amor de tu vida. Estás segura, es Mr. Right. Quisieras que el tiempo pasara rápido para ya poder saltarse todas las citas y pasar directo a lo de casarse y tener mil hijitos. Es que están enamorados, ¿verdad?
¿O no será más bien que eres una intensa? Es una manera muy fácil de alejar a las personas. Mira si tienes alguno de los síntomas.
Te invitas
“¿Qué vas a hacer mañana?” No importa lo que la otra persona conteste, lo tomas como una invitación. Si no tienes la dirección, la consigues y llegas. Ya sea que tu plan sea aparecer “casualmente” donde sabes que estará, o de plano llegar y decir “hola, perdón por llegar tarde, es que me perdí”, temo decirte que califica como acoso. Y no cuenta como cita, sorry.
Follow, FAV, LIKE
Si después de salir o hablar por Tinder una o dos veces con alguien ya lo encontraste en Twitter y en Facebook y faveas todo lo que dice y sigues a sus amigos y platicas con ellos y contestas todos sus tuits… sí, estás intenseando. Toparte con alguien casualmente todo el tiempo tampoco es buena idea en línea.
Guerra de mensajes/llamadas
Si mandas un mensaje o dejas una llamada perdida y no te lo contestan, lo que queda es esperar. Quizá tu crush está muy ocupado, puede pasar. Lo que no debe suceder es que mandes ocho mensajes más y tengas una conversación contigo misma en su teléfono, ni que llames para verificar si le están llegando los mensajes. Los hombres se alejan de las mujeres que necesitan tanta atención (“¿realmente tendré tiempo para esto?”).
Mientras hay algunas personas que no escuchan los mensajes de voz, leen correos o revisan sus redes sociales, la inmensa mayoría lee sus mensajes. Lo leyó, sigue tu vida. Te responderá cuando quiera/pueda. Si es que quiere/puede.
Escurres miel
Nada más aterrador que salir con alguien una o dos veces y que ya tenga un apodo para ti. Uno muy cariñoso. Bueno, sí, es peor si además te llama para recordarte que te tomes tu pastilla, y te lleve de comer y te compre boletos para el concierto que querías… Estos detalles están bien en una relación, pero quizá debas esperar a tener una relación para implementarlos.
Aunque a todos nos gusta tener una mamá que nos cuide, a un hombre adulto puede no gustarle el mensaje de que “te necesita”. Ha sobrevivido todo este tiempo sin ti, deja que lo siga haciendo y que haga méritos, que te ayude, que saque su instinto protector, etcétera.
¿Quién más se declara culpable de haber cometido todos estos errores al menos una vez?