Tal como la película “¡Sí Señor!” de Jim Carrey, es importante aprender a utilizar la palabra “sí” como estilo de vida. Tampoco se trata de no saber decir “no” a cosas incompatibles con nuestros ideales. Se trata de ser un poco más flexible. Se trata de darle más ímpetu y significado a nuestra vida, hacernos la idea de que somos capaces en lo que nos propongamos hacer y erradicar comportamientos negativos que no nos permitan disfrutar de nuestros gustos, talentos, capacidades y de quienes nos rodean.
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Una de las claves es aprender a pensar y reflexionar de una manera diferente frente a problemas o situaciones que se nos presentan a diario, lo que poco a poco conllevará a una mejor actitud frente a nuestro entorno.
Analiza tus palabras y tu comportamiento
¿Recuerdas cuántas veces en el día pusiste una mala cara? ¿Has notado todos los pensamientos negativos que se te vinieron a la cabeza mientras estabas despierta? ¿Cuántas veces contestaste mal a alguien? Los comportamientos negativos se expresan no sólo en las palabras que utilizas, sino que también en actitudes desafiantes, en una mala tolerancia a las órdenes, en el uso de palabras despectivas hacia otras personas o en culpar al resto de los problemas personales. Es así como un comportamiento negativo no sólo afecta nuestra mente, sino que repercute directamente en quienes nos rodean, causando un ambiente de hostilidad y llevándonos a un círculo vicioso de malestar.
Las personas negativas, al tener comportamientos de terquedad persistente, viven en un círculo vicioso, ya que , por ejemplo, si contestan mal a otra persona, recibirán una respuesta negativa, lo que los llevará a sentirse mal también por la reacción del otro. Ante esta problemática la clave es replantear qué y cómo pensamos. Tomarse unos segundos antes de actuar, antes de contestar y transformar ese pensamiento negativo en una solución a la problemática, en una respuesta amable y en un acto que nos haga sentir bien a nosotros mismos.Es simplemente pensar en cómo nos gustaría que nos hubiese tratado o respondido la otra persona.
Siempre se puede y no es un cliché
Uno de los comportamientos más comunes de una persona negativa es tener una mala disposición para el resto. Son personas a las que no les puedes dar consejos, aquellas que se toman un reparo como un insulto a sus capacidades, en vez de ver en ellos un aporte. Aquellos que acceden a hacer algo pero de mala gana, sintiendo que son víctimas del resto.
Si ese es tu caso, lo conveniente es sacar provecho siempre de las actitudes y palabras de los demás. Mirar el vaso medio lleno y no medio vacío. Centrarse en lo que destacaron de ti y no en lo que te criticaron y trabajar en lo último como un desafío, algo por cambiar, sobre todo si la crítica viene de alguien que es importante emocionalmente para ti.
También es importante dejar de lado la frase “no puedo”. Todos somos capaces. Si no tienes las herramientas o el conocimiento, puedes obtenerlas. Puedes aprender o tomarte esa situación como un desafío.
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La clave es tener siempre la disposición para querer hacer lo que te proponen. Si tienes esa disposición, podrás lograr cosas que te llenen de beneficios y no tan sólo en aprender cosas nuevas, sino que en una mejor relación con el resto, en crecer como profesional y, lo más importante, crecer como persona.
Tips que te pueden ayudar
Así como algún día llegaste a ver la vida con una nube negra, puedes forzar tus pensamientos para que se conviertan en lo contrario. Si tu idea es desechar de tu vida la negatividad, puedes probar con estos consejos, que sin duda aportarán a que tu día deseche cualquier tipo de comportamiento que te haga pasar un mal rato contigo misma:
1. Cada vez que tengas un pensamiento negativo, intenta utilizar alguna palabra que te de tiempo de reflexionar mejor la situación antes de actuar. Por ejemplo puedes utilizar la palabra “cancelar”. Ésta te puede ayudar a no contestar o actuar por impulso y a replantear tu pensamiento. Repítela en tu mente cuantas veces sea necesario.
2. Cada noche toma nota de los pensamientos negativos que tuviste dentro del día. Date un tiempo para reflexionar sobre ellos y cómo actuarás si vuelven a aparecer al otro día. Una semana después lee las notas del principio y te darás cuenta cómo han ido cambiando o desapareciendo de tu vida.
3. Escribe frases de aliento para ti misma y procura tener una de ellas cada mañana a tu lado. Cuando despiertes léela y enfócate en ella cada vez que notes que un pensamiento negativo se presentará en tu mente.
4. Escoge alguna canción que suba naturalmente tu ánimo. Cada mañana, al levantarte, escúchala y cántala frente al espejo. Si quieres baila, salta, haz lo que se te antoje. Verás cómo automáticamente tu cuerpo se llenará de energía para empezar tu rutina.
5. Descansa lo necesario, aliméntate saludablemente y haz algún tipo de deporte al menos 3 veces por semana. Un cuerpo sano siempre aportará a una mejor actitud de vida.
6. No escondas tus sentimientos o problemas. Siempre es bueno conversarlos con otras personas, quienes te pueden ayudar desde su experiencia a solucionarlos.
7. Escribe una lista de lo que más te gusta hacer y date el tiempo para hacerlo. Si es necesario agenda cada actividad y táchala una vez cumplida. Te darás cuenta de que existen muchas cosas por hacer por ti misma.
Y por último recuerda siempre que nadie mas que tú es el responsable de tus pensamientos o acciones que te puedan llevar a un mal rato. Todo depende de replantear los problemas como desafíos y si estos escapan de tus capacidades no dudes en pedir ayuda a quienes más quieres, pues ellos siempre tendrán un punto de vista diferente que te puede ayudar a resolver las cosas que te propongas.