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MIRA LA SESIÓN DE FOTOS EXCLUSIVA DE ANGÉLICA CASTRO PARA REVISTA MUJERES
Por Jessica Celis Aburto
– «Sorprenderse de uno mismo». Soy una persona que me sorprendo siempre a mí misma, porque si me hubieras preguntado el año pasado lo que hice este año, no se me habría ocurrido ni hacerlo. Soy alguien que aprendió a hacer deportes de alto riesgo más de grande; he trabajado en mil cosas y sé que me faltan muchas más; seguiré sorprendiéndome a mí misma y eso me encanta, la sensación de no tener límites, de que siempre puedes seguir creciendo. Uno no crece hacia arriba porque somos como los árboles: creces para los lados, para arriba y para abajo, y siento que yo crezco así porque tengo muchas áreas.
– «Como mujeres tenemos que ser honestas con quiénes somos». Ser mejor que una misma, no lo más parecida a otra. La mujer tiene una carga muy fuerte. Eres mujer, esposa, amante, profesional… Hoy vivimos en una exigencia muy dura porque además de todos los roles que debes cumplir, debes verte bien. Creo que le damos mucha importancia al tema de la belleza, las arrugas, el paso de los años. Eso es algo que se ha inventado a lo largo de la historia, y es reciente. Sí creo que hay que preocuparse, pero como cuando mujeres entendemos que nuestro rol fundamental es el amor, sanarnos, mirarnos al espejo y decirnos te quiero, te das cuenta que el resto no importa. Somos la base de todo, de la familia, de la casa, de la alimentación de nuestros hijos. Es tan importante que lo sepas, que te puedas dedicar un tiempo diario a ti para poder dar un salto, como desde un trampolín, a todo lo que tú quieres hacer. Haz algo para tí a diario, sólo para tí, aunque sea media hora. Todo parte de dentro hacia fuera; no es cliché, es real.
– «Hacer lo que tenemos ganas». Muchas veces a uno se le va el tiempo pensando en lo que nos gustaría hacer ‘algún día’ o cuando seamos mayores, pero no sabemos cuándo vamos a morir. Por eso debemos vivir cada día como si fuera el último. Esa es mi filosofía de vida. Hay que hacer las cosas que te dice tu estómago.
– «Viajar con la familia». Ahí se almacenan los mejores recuerdos con los que uno se queda. Se sale de la rutina diaria y estás todo el día compartiendo con la gente que quieres. Siempre he pensado que los viajes no deben ser necesariamente lejos o al extranjero, porque creo que es una actividad que paraliza el reloj de la agenda y prende el reloj de tus relaciones. Tengo grabados los viajes con mis papás cuando era chica y nos íbamos en el auto al sur, cantando, teniendo conversaciones muy largas, donde hacíamos paseos y caminatas muy sencillas para ir a conocer. Esos viajes los tengo en mi corazón, y cuando me acuerdo es un recuerdo muy vivo. Con Laura y Cristián tratamos de hacer lo mismo y nos vamos a Vichuquén cuando estamos en Chile. Ese lugar pasó a ser el mejor tesoro que nosotros tenemos, porque ahí están todos los recuerdos de Año Nuevo, de la ida a buscar un tesoro a una isla, de las Pascuas de Resurrección y el conejito que pone sus huevos. Todos esos recuerdos son parte de una historia inolvidable que al final, cuando uno crece, te remonta a esos momentos llenos de colores, de unidad, que parten de una base de amor. Viaja cerca si no puedes escaparte lejos, y no esperes el GRAN viaje, porque al final los escenarios son una ilusión. Da lo mismo comer manzanas verdes o maracuyás, porque eso no va a cambiar la historia; lo importante es compartir, la experiencia, lo bien que lo pasaste.
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– «Escribir un libro». Escribo desde los 9 años. Ha sido una necesidad y la terapia más barata que he podido hacer. Escribí un libro durante todo mi embarazo, desde el momento en que estaba embarazada hasta que nació Laura. Siempre lo pensé como un libro porque se iba a publicar, pero luego –como se sabe– el desenlace no fue muy bueno (casi muere a los pocos días del parto debido a una negligencia médica), así que no lo quise publicar. Hoy en día, luego de haber pasado esa tragedia post parto, le he leído los capítulos más divertidos a Laura y le encantan. Entonces creo que si tienes la posibilidad de escribir, quizás no necesariamente de tu embarazo pero sí de algún período de tu historia, es importante hacerlo, porque es algo que le queda a tus hijos o tus nietos. A mí me encantaría tener el de mis abuelos o mis papás, porque me llevaría a otro mundo cultural, social, en fin…, y a la vez conocería lo que fue su propia historia y vida. Recomiendo escribir, aunque te digas ‘¿cómo voy a escribir si no sé hacerlo?’. Esas son limitantes que nos ponemos los seres humanos frente a formalidades que al final no importan, porque tú no necesitas la técnica. Puedes escribir lo que te nazca porque no estamos pensando en lanzar un libro o la columna de un diario. Toma un lápiz, déjate llevar y saca, y saca, y saca… Es como cuando estás sudando, pero a través de un lápiz. Y es tan maravilloso, porque lo que uno plasma en un papel es lo más puro de tus emociones, pensamientos y sentimientos. Yo siempre estoy escribiendo. En mi auto tengo un cuadernito o block de hojas blancas, y si estoy en un semáforo, por ejemplo, a veces escribo. En mi Twitter siempre escribo PRAID, que significa Paz, Respeto, Amor, Igualdad y Derechos. Y eso se me ocurrió un día pensando en cómo me gustaría que fuera este mundo hoy, donde hay tanta discriminación y definición de lo que es bueno y malo, del que lo está haciendo mejor o peor que otro. Si nos manejáramos con igualdad, todos podríamos aspirar a sueños muchos más parecidos, todos merecemos lo mismo y llegar a lo mismo.
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