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¡Me enamoré de un ingeniero!

Los ingenieros, al igual que los abogados y los doctores, tienen su propio encanto.

Antes que nada, quiero dar una breve introducción ante este espécimen masculino al que llamamos ingeniero: lo verán desde muy temprana edad armando, desarmando, arreglando (aun si el objeto en cuestión no necesitaba reparo alguno). Partiendo, pues de este estereotipo y aclarando, por supuesto, que no todos los ingenieros deben de encajar en él, vamos ahora con la manera de pensar de un ingeniero. Una de sus más grandes habilidades, debo reconocerlo, es el don que tienen para trabajar en equipo: tanto así que, antes de verificar que tú eres la indicada, tendrán que presentarte ante su grupo de amigos.

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Los ingenieros son la cabeza de todo. Veámoslos como un plano en 3-D, así mismo es su cabeza: con las dimensiones de espacio bien definidas ante todas las posiciones. ¡Definitivamente son de aquellos hombres que saben estacionarse a la perfección!

No obstante, hay una teoría que me llamó mucho la atención en  cuanto a ellos. Existe también algo llamado síndrome de Beauchef que se refiere a la alteración de percepción psíquico-visual dada en ambientes en los que el hombre se desenvuelve en un escenario en el que el promedio de belleza es más bajo de lo normal o la presencia femenina en sí no tiene gran relevancia. Es decir, en pocas palabras, los ingenieros tienen el estereotipo de “fijarse en las feas” porque están acostumbrados a esa clase de mujeres. A esta teoría también se le conoce como “efecto cerveza” y se ha presentado en 5 de cada 10 ingenieros de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (ubicada en Beauchef 850, Santiago de Chile).

Ahora, habiendo hecho mención de que los ingenieros no tiene aquella convicción de la belleza física como un tabú que a veces a más de una detiene para tomar la iniciativa con un chico, he aquí ciertos consejos que puedes aplicar para que este chico tan mecánico y manual te preste atención:

  1. Sé tú misma. Con estos chicos (y, de hecho, con ninguno), créeme, no funciona  fingir ser alguien que no eres.
  2. No seas la clásica licenciada en mercadotecnia o comunicaciones. Y si eres una licenciada en mercadotecnia o comunicaciones (tal como yo), demuéstrale que realmente amas tu carrera y no sólo la escogiste para dedicarte al negocio de Papi. Demuéstrale que aun si ven el mundo de distinta manera, tienes una forma de verlo que enriquece a la suya.
  3. Toma tú la iniciativa. Generalmente, estos hombres son tímidos y, viniendo de una escuela en la que las mujeres más bonitas no predominan en su área de labor, no esperes que este chico sea todo un galán fanfarrón.
  4. Sé linda con él. En lo personal, he notado que estos chicos realmente necesitan cierto toque de dulzura, como el aceite que embona en los engranes para que circuito romántico funcione, o algo parecido.

Por último, en mi no tan profesional experiencia con ingenieros, he de recalcar que son bastante sentimentales. No los juzguen como fríos si es que tienen ese prejucio dada su área de desempeño laboral, me atrevería a decir que la mayoría son de aquellos que tienen buen corazón.

 

Fuente: Tercera Cultura

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