Así es, Sam Sheppard una mujer de 34 años proveniente de Gales, decidió abrir un curso para enseñarle a los hombres a pedir matrimonio, tras la “decepcionante” forma en que su marido le pidió su mano.
“No voy a contar exactamente cómo fue en mi caso, pero pedirle matrimonio a la persona que amas, debería ser algo más lindo y complejo que un simple acto en el que no se sabe si se está pidiendo la mano o un pizza por delivery”, explicó Sheppard a la prensa.
“Quiero ayudar a otros a que no sientan lo que sentí yo, que no parezca que al otro le da lo mismo pedir que nos casemos o que el mozo le traiga una cerveza”, aclaró la mujer.
Según describe, en el curso el futuro marido podrá elegir entre las más diversas formas de pedir matrimonio a un precio que variará segú la complejidad del pedido, pero que va entre los 15 a 15.000 dólares.
“Una buena propuesta puede ser recordada por siempre, pero una mala puede terminar en YouTube y ser el objeto de críticas y burlas por semanas”, concluye la exigente mujer.
¿Realmente importa el circo, cuando lo esencial está en esa gigante invitación de compartir incondicionalmente la vida? Demasiado frívolo el cursillo.
Fuente: Peru.com