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Mucho se ha hablado de ella en el último tiempo, por ser uno de los nutrientes más recomendados en todo tipo de dietas. Se trata de la fibra, cuyo consumo diario resulta imprescindible para mantener la salud y también un buen estado físico.
Según explica un artículo publicado en el-nacional.com, la fibra no es sólo una sustancia, sino un conjunto de sustancias que se dividen en fibra insoluble (que no se puede disolver en agua) y fibra soluble (que se puede disolver en agua).
«La fibra insoluble -explica- se compone de hemicelulosa, celulosa y lignina. Se encuentra mayormente en los cereales de grano entero, en el salvado de trigo y los vegetales. Esta fibra tiene como función principal crear bulto y acelerar la excreción de las heces fecales. Ayuda, además, a remover productos de desperdicio y componentes carcinogénicos reduciendo el contacto de éstos con el intestino. De esta forma, ayuda a evitar el estreñimiento, el cáncer de colon y recto».
«La fibra soluble, por otro lado, se compone de pectina y goma. Esta fibra se encuentra principalmente en la avena, las legumbres y las frutas. Su función principal es unirse a los ácidos biliares, reduciendo la absorción de las grasas y bajando los niveles de colesterol. Lo ideal es tener una combinación de ambos tipos de fibra en la alimentación diaria».
Estudios han demostrado que la fibra ayuda, también, a disminuir los niveles de glucosa en la sangre, y que colabora en el tratamiento de condiciones como hemorroides y hernia al hiato, entre otras.
¿Cómo es una dieta rica en fibra?
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