Desde que dejé el refresco he recibido muchas muestras de incredulidad de las personas, incluso de alarma. ¿Cómo es posible que no me guste y no tome refresco y otras bebidas azucaradas? ¿Cómo es que puedo mantenerme básicamente a base de agua y no tomar una bebida azucarada diario?
Les admito que en México, el mayor consumidor de Coca-cola en el mundo, y hogar de las famosísimas aguas frescas y del jugo mañanero, es un poco complicado decirle que no a las bebidas azucaradas, más no imposible. Cuando es una golosina ocasional, o acompaña a esa comida que simplemente es muy pesada para comerse acompañada de agua simple, está bien. El problema es cuando se consumen diario y temo decirles señoras y señores, que es el caso de este país.
A veces le digo a las personas que me rodean que no consuman tanto refresco, ni tés, ni agua de horchata. Pero no me creen, a veces me dicen cosas como “que aburrida eres”, creo que me han llegado a llamar “hippie”, pero las estadísticas no mienten. Las bebidas azucaradas son nuestra mayor fuente de calorías y no nos aporta ni un solo nutriente.
De cualquier modo, aquí les dejo un video con estadísticas alarmantes, sobre todo relativas a México:
Ya sólo me falta alejarme un poco del café….