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Establecer una rutina para la comida ayuda a mantener la línea. Eso al menos se desprende de un artículo aparecido en el sitio yahoo.com, donde se cita un estudio efectuado en España, que sugiere que la hora del almuerzo podría influir en la pérdida de peso.
Según la información, de las 420 personas que participaron en la investigación (mitad hombres, mitad mujeres) y que estaban intentando adelgazar, aquellas que comían antes de las tres de la tarde, lograban una pérdida de peso más significativa que quienes dejaban el almuerzo para después de esa hora.
Durante 20 semanas los participantes siguieron una dieta mediterránea y se les dividió en dos grupos, los que comían temprano -al mediodía- y los comedores tardíos, teniendo en cuenta que en esta comida es en la que se ingieren el 40 por ciento de todas las calorías diarias.
Los resultados revelaron que quienes tomaban la principal comida del día antes de las tres, lograban reducir un 12 por ciento su peso corporal, frente a sólo el 8 por ciento de quienes comían pasada esa hora. Estamos hablando de alrededor de cuatro kilos de diferencia entre ambos grupos a pesar de que todos ellos comían lo mismo, hacían el mismo ejercicio, dormían las mismas horas, etc.
Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y autora principal de este estudio, subrayó la importancia de «seguir estudiando para observar si comiendo antes o después de esa hora, la misma persona adelgaza más o menos».
Posteriormente, analizaron el horario del desayuno y de la cena –comidas más pequeñas y menos energéticas– y comprobaron que en ambos casos no influye en la pérdida de peso.
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Además -dice el artículo- se examinaron otros factores que desempeñan un papel en la pérdida de peso como la ingesta de energía y el gasto calórico, las hormonas del apetito y la duración del sueño. Todos estos factores fueron similares entre ambos grupos. Sin embargo, la investigación confirma que los comedores tardíos desayunaron menos e incluso puede que se saltasen la primera comida del día.
Otra diferencia importante es que poseen una variante génica en el gen Clock, que codifica una proteína implicada en el reloj circadiano que marca los horarios de nuestro organismo. Y esto hace que sean personas nocturnas, que se acuestan tarde, duermen peor y tengan tendencia a la obesidad.
Por lo tanto, los expertos señalan que hay que fijarse más en la hora a la que comemos y no tanto en la cantidad. Ahora ya lo sabes, cambiar la hora en que almuerzas puede significar una gran diferencia si quieres adelgazar.