Por Claudia Tapia Domínguez. Fotografías: Gonzalo Muñoz. Producción de moda: Susana Marín. Maquillaje y peinados: Paula Bruzzone para M.A.C.
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Una confusión de direcciones hace que lleguemos con retraso a la entrevista que teníamos concertada con María Luisa Godoy hace varias semanas, pero lejos de molestarse nos recibe con sus característica sonrisa y un gran abrazo. Cualquiera que nos viera pensaría que somos amigas de años; así es ella, totalmente cercana y relajada.
Sus 6 meses de embarazo se le notan, y está plena. Incluso no puede evitar la tentación de mostrarnos algunas de las ecografías en 3D de la hija que espera junto a su esposo, Ignacio Rivadeneira. Ahí, su pequeña Violeta nos sorprende con la misma respingada nariz de su madre. «Mira, si es una guagua ya. Ahí está el perfil», cuenta.
Así, muy lejos de estar preocupada porque se aproxima la negociación para determinar su continuidad en el canal privado, hace gala de una completa tranquilidad por su futuro laboral. Tiene la certeza de haber dado el 100% en cada uno de los proyectos en que estuvo involucrada.
El año pasado estuvo a full; cambiaste de canal, te casaste y quedaste embarazada.
Sí, el 2012 ha sido mi mejor año, en todo sentido, hasta el momento. Fue intenso y entretenido. Me fui en enero de Chilevisión, después del Festival del Huaso de Olmué. Entré al (Festival)de Dichato, por Mega. En mayo fui contratada por este canal. Pude hacer teatro… ¡Uf! Como que fueron muchos cambios. «Coliseo Romano» fue mi primer estelar y, en la parte sentimental, lo más importante: me casé. Luego vino la luna de miel, y quedé embarazada.
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¿Y no te agotaste en algún momento?
No, fui demasiado feliz.
¿Ni al organizar el matrimonio?
Es que soy cero estresada. Lo que más me pasó es que no sabía que estaba embarazada justo cuando estaba ensayando para la obra de teatro.
¿Cómo fue eso?
Llegué de la luna de miel y tuvimos como un mes para ponerla en escena, porque era el estreno. Y eso fue intenso. Estábamos todos los días hasta la medianoche. Me acuerdo que un domingo tenía mucho sueño. Le decía a mi director «te juro que no puedo más», y le repetía «no sé por qué estoy tan cansada». No entendía qué pasaba, y de nuevo le comentaba «estoy muy cansada, de verdad que no puedo seguir ensayando hoy». Y él me contestaba «tienes que seguir, la tenemos que sacar adelante»…
Pero en el caso del matrimonio, ¿ni un estrés?
Para nada, no me cuesta decidir. En ese sentido soy como re-fácil. No me enrollo más de la cuenta.
¿El apoyo de tu esposo es importante para esta filosofía de vida?
Sí, de la familia y de todos. Como que todo se me ha hecho fácil, para nada pesado. Todo lo contrario, lo pasé demasiado bien. El estrés llega cuando no tienes claro lo que buscas. Además es un tema de personalidades; hay quienes se estresan más que otras. En mi caso, no tengo para nada una personalidad estresada.
¡OH, SORPRESA!
¿Te habías propuesto ser mamá?
No me imaginé que iba a ser tan rápido. Es decir, no me cuidaba, obviamente, pero fue como altiro. Pensé que me iba a demorar seis meses, un año, que es lo normal. Y es que pasado los treinta uno asume que cuesta un poquito. Pero en la luna de miel quedé embarazada (ríe).
¿Y cómo te lo tomaste cuando supiste?
Es que me enteré como a los 2 meses que estaba embarazada. No me había dado cuenta, y seguía preparándome para participar en el Ironman. Gracias a Dios tenía tanta pega que no me pude entrenar. Si no hubiera sido muy difícil mantener a la guagua, porque es una prueba física muy fuerte. Por suerte, solamente alcancé a trotar.
Cuando tienen que pasar las cosas, pasan
Absolutamente.
Con el embarazo uno se acerca más a la mamá, ¿cómo lo enfrentaste estando ella (Carmen Ibañez) lejos, como embajadora de Chile en Grecia?
Lo que pasa es que mi mamá se devolvió justo ahora. Ella siempre quiso ser abuela, y nos reclamaba a sus tres hijos. Fue bien divertido; mi hermano fue papá hace 6 meses de la Olivia, y de ahí ella dijo «me vuelvo en marzo de todas maneras». Después anunció mi hermana que estaba embarazada (tiene 1 semana más que yo), también una niñita, que se va a llamar Dominga.
O sea, a tu mamá se le cumplió de una vez su sueño.
Sí, y cuando vino a Chile, justo mi hermana quedó embarazada y yo también me enteré. Asi es que renunció y nos dijo que se venía en diciembre, porque no aguantaba estar lejos.
Es decir, no la alcanzaste a necesitar…
Sí, pero además el embarazo no me ha traído ningún cambio de vida. Nunca me he sentido mal, nunca he vomitado ni mareado, es muy raro. No he tenido una vida diferente, ni he variado mi ritmo de trabajo.
¿No sientes que algo cambió?
Tengo la misma energía, me siento igual de bien.
Entonces, hasta ahora el embarazo no transformó tu vida…
Nada, ni siquiera he cambiado emocionalmente. Te dicen que te pones más malgenio o sensible, y tampoco. De hecho le pregunto a mi marido y él me dice que estoy igual que siempre.
¿Extraño?
(Ríe) Parece que no he tenido un disparo de hormonas muy importante. No he cambiado ni en carácter ni en personalidad. Tampoco en energía. Ha sido en verdad exactamente lo mismo, con la diferencia que estoy en una etapa exquisita. Ahora siento a Violeta, sus movimientos y pataditas. Ha sido un privilegio este embarazo. Veo amigas mías que se sienten pésimo, caen a la cama y pasan el día vomitando.
Quizás tu vida sana pudo influir…
Sí, hacía harto deporte, y me he mantenido. Aunque no estoy corriendo ni andando en bicicleta (que eso te lo prohíben) hago 1 hora de trotadora caminando con pendiente, practico Pilates 2 veces a la semana, y trato de ir a nadar algunos días.
¿Antojos?
No había tenido muchos, pero al sexto mes empezaron. Al principio era mucha carne, y yo no soy carnívora; porotos y lentejas heavy. Y ahora me dio antojos de dulces. Estoy buena para el chocolate, las tortas y los pastelitos.
¿Pero eres la que pide algo en mitad de la noche?
No, no me despierto en la noche. Creo que esas cosas son regaloneos de las mujeres, no son reales.
PAÍS MACHISTA
¿No te dio en algún momento la tentación de aplazar la maternidad, teniendo en cuenta las presiones indirectas que muchas veces existen contra las mujeres?
Mira, encuentro que los hombres son bien machistas. No es que lo haya sentido laboralmente, pero las bromas que dicen, las tallas, delatan la creencia de que uno no puede funcionar igual que antes. Eso sí me ha llamado la atención, la conciencia del país machista en que vivimos. Falta mucho más evolución.
Entonces, ¿has sentido un trato distinto?
Sí, y lo he conversado con mi hermana y otras amigas. Pese a ello nunca pensé en aplazar la maternidad, porque no lo considero algo limitante.
Nunca sentiste presión.
¡No me alcanzó a pasar! (lanza una carcajada) Es que fue tan rápido…, me reintegré después de la luna de miel ya embarazada…
¿Pero en televisión no se corre más riesgo al quedar embarazada, por el tema de los reemplazos?
Mira, es que al final uno tiene que trabajar y tratar de hacer lo mejor posible. Demostrar que no te invalidas al tener un hijo. Yo espero que así sea.
A NEGOCIAR
Eras unas de las posibles reemplazantes de Javiera Contador, ¿en qué está eso?
No sé, no sé ni siquiera si era una posibilidad, porque a mi nadie me lo ha dicho. Tengo que negociar en los próximos días contrato con Mega, así que no tengo muy claro qué voy a hacer.
¿Conducir el Festival de Dichato también queda a la espera?
Todo está en veremos, pero para Dichato voy a estar de 8 meses… Igual, me he sentido increíble y lo haría perfectamente, pero no sé.
¡Sería bonito tener una animadora con guatita!
¡Sí, (ríe) de todas maneras! Pero hay que resolver qué quieren en Mega que haga, y qué quiero yo. Ya voy a saber.
¿Te gustó entrar de lleno en la animación de eventos masivos y estelares?
Ha sido bien novedoso pasar de reportera de noticias a animadora. Una transición bien hecha. Hacer el matinal de Chilevisión y animar 2 años el Festival de Olmué. Imagínate que cuando me subí a ese escenario nunca había animado un evento.
Además es un festival de gran trayectoria en Chile.
Era un desafío real, porque no me había parado en un escenario con público en vivo. Fue súper novedoso, y me encantó. El segundo año lo disfruté mucho, aunque tenía un gusto un poco triste porque sabía que me iba. Después Dichato fue muy entretenido, en especial porque tenía una connotación social especial. Pero hay que ver lo que se da.
Para ti sería ideal seguir mezclando la animación con la actividad periodística, entonces.
Sí. Por ejemplo, me fascinó hacer «Coliseo Romano». El equipo era muy profesional. Se hizo un trabajo muy lindo detrás, que la gente no lo sabe, de mucho apoyo a los participantes. No era sólo generar rating. En televisión todos necesitamos estar con equipos que te apoyen.
Has confesado que otra área del periodismo que te gusta mucho es la relativa a la política, ¿de que manera te gustaría abarcarla?
Bueno, fui reportera política por años. En Mega partí cubriendo Concertación y Alianza, después hice Moneda, con Michelle Bachelet. Fue una parte larga de mi trayectoria profesional. Hoy lo sigo haciendo esporádicamente. Soy free lance de la revista Cosas, y de repente hago entrevistas políticas… Pero en el matinal fue poco lo que se pudo hacer. No sé si este año, que es electoral, se haga más.
Con las elecciones presidenciales sería un buen momento para hacerlo…
Sí, me encanta la política, la contingencia, y me gustaría siempre seguir teniendo una patita ahí. Sin embargo, muchas veces eso no depende de uno.
Pero hipotéticamente hablando, ¿no te complicaría opinar de ciertos temas, con un hermano que es diputado de RN, una mamá ex embajadora, y tu esposo, que es el jefe de Contenidos del gobierno, el brazo derecho del presidente Piñera?
No, siento que de verdad me gané mi espacio cuando era reportera. Quizás cuando tienes un parentesco te preocupas el doble de la objetividad que debes ostentar. Pero por otro lado, imagínate; una de las lectoras de noticias más creíbles que hemos tenido es Consuelo Saavedra. Es imposible que la gente no tenga su opinión, pero distinto es que pierdas la objetividad.
En ese sentido, ¿te gustaría que en televisión los conductores tuvieran más opinión?
Creo que los informativos y noticias en general han evolucionado a un periodismo mucho más interpretativo. Además, depende del rol que uno tenga en la televisión. Muchos conductores tienen Twitter, y ahí exponen su opinión. ¡Me gusta lo que se está dando!
¿Te piensas tomar los 6 meses de posnatal?
No me gustaría por varias razones; una porque tengo el privilegio de tener horario flexible, por lo tanto, no lo necesito. Me voy a tomar los primeros tres meses, pero después de eso no es necesario. No veo lo incompatible de seguir trabajando. Es sano volver a reactivarse, a reintegrarse, en especial si te gusta tu pega.
¿Te sientes favorecida?
De todas maneras, y siempre lo he sentido. Soy una privilegiada al hacer una pega que me gusta y que es entretenida. Tengo una familia maravillosa, amigos increíbles, viene una guagua en camino, ¡qué mas puedo pedir! Y por lo mismo tengo la obligación de retribuir mucho más.