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Qué bueno es llorar

El llanto, el mejor remedio para liberar el estrés.

-Como la risa, el llanto se contagia y las dos situaciones nos hacen liberar la adrenalina y presión que acumulamos día a día. Llorar hace que te relajes y que después del sufrimientos te sientas mucho mejor y con menos pena. En algunas culturas es tan importante liberar la emociones a través de la lagrimas, que existen las plañideras, mujeres encargadas de sufrir penas ajenas para que el afectado se contagie y exprese su angustia.

Todos hemos percibido la sensación de paz y tranquilidad que nos deja una buena cantidad de lágrimas cayendo por nuestra mejillas. Después de sonarnos, quedamos liberados de toda carga y hasta nos sentimos más livianos. Eso tiene que ver con que el llanto repara a través de opiáceos y oxitocina (hormona del embarazo) que nos ayudan a paliar la pena y el dolor porque provocan en nosotros una sensación maternal y de cuidado. Nos sentimos protegidos por nuestras propias lágrimas y por eso al rato estamos menos tristes que antes gracias a la anestesia natural de nuestro cuerpo.

El llanto es una reacción a la hiperactividad y a las emociones intensas que nos sobrepasan. Con él también liberamos adrenalina, hormona que ayuda en situaciones de estrés, y noradrenalina, neurotransmisor contrario a la anterior y que nos da sensación de desahogo. El efecto de estos dos juntos es tal, que es muy común quedarse dormido después de llorar.

Lo último que se debe hacer es reprimir las lágrimas o ahogarlas, porque la sensación de presión será aún peor y se puede traducir en un estado de tristeza general que, si se alarga en el tiempo, se tendrá que superar con ayuda de especialistas o medicamentos. Por eso lo que menos se le puede decir a un niño es “llorar no es de hombres” porque acumulará una gran cantidad de estrés aguantándose. Para no llegar a extremos, es que existen sociedades donde llorar en conjunto es algo normal (y bueno) para ayudar a las personas que están pasando por alguna crisis. La plañideras eran mujeres a las que se les pagaba por ir a llorar a los funerales y que existen desde el antiguo Egipto. Su función consistía en provocar catarsis entre los asistentes para que todos pudieran liberar sus emociones y angustias.

Llorar no significa enfrentar los problemas, muy al contrario. Las lágrimas hacen que los reconozcas.

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