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Yo amo a mi conejo vibrador

Es el mejor vibrador según la experta en sexo Japi Jane

La meta principal de cualquier tecnología es hacer nuestras vidas más fáciles y los vibradores están diseñados justamente para este mismo fin.

Proveen estimulación de una intensidad dificil de lograr con la mano, la lengua o el miembro masculino mismo. Aportan sensaciones de placer que abren una nueva dimensión al juego sexual, sola o en pareja. En muchos casos, la intensidad de sus vibraciones ayudan que a las mujeres lleguen al orgasmo bastante más rápido, ya que más del 70% de nosotras necesitamos estimulación adicional al clítoris durante el coito para tener uno.

Según los estudios del famoso Kinsey Institute, organización dedicada a estudios de la sexualidad, las mujeres se demoran en promedio 4 minutos en tener un orgasmo durante la masturbación, pero este periodo se alarga de 10 a 20 minutos durante el coito. No voy a entrar en más detalles técnicos del orgasmo, ya que mi colega Rodrigo Jarpa cubrió el tema con lujo de detalle hace poco aquí en Belelú con las notas El Orgasmo: Parte I y Parte II, pero basta decir que los orgasmos vienen bastante más fáciles y rápidos cuando uno ocupa la herramienta adecuada y existe una gran variedad de vibradores para que cada mujer encuentre el que mejor le sirva.

Mi juguete favorito es el famoso Conejo vibrador, “The Rabbit”, que se hizo conocido por salir en la serie Sex in the City. No fue Samantha quien ocupaba esta maravilla, sino Charlotte, la más conservadora, quien compró uno y no salió de su casa por semanas hasta que sus amigas tuvieron que ir a sacarla. Conozco mi cuerpo y para lograr mis orgasmos necesito estimulación vaginal y clitoriana a la vez y el Conejo hace todo al mismo tiempo. El rotador principal para penetración tiene en su interior exquisitas perlas que al encender el motor van moviéndose, la punta rota deliciosamente y mientras todo esto ocurre, el conejito externo hace maravillas en el clítoris… servicio completo.

Parece increíble, ¿no? Ver el Conejo accionar, o como yo digo “bailar”, durante la demostración de los juguetes es lo que provoca la pregunta sobre la adicción. Con un juguete tan eficiente, ¿cómo se puede quedar conforme con menos? Salen comentarios chistosos de cómo el Conejo estará siempre dispuesto, no dejará platos sucios en el lavaplatos ni la tapa del water arriba. Por otro lado, digo que tampoco te va a besar, decir que eres linda ni hacerte cucharitas después del acto.

Así que cada cosa tiene sus ventajas y desventajas. Y más que ponerse adicta, uno podría ponerse floja, siempre optando por la opción más rápida y eficiente, que no es necesariamente mejor. Por tanto que amo mi Conejo, también amo a mi marido y aunque me demoro más en lograr un orgasmo con él que con mi juguete, disfruto cada minuto adicional entre besos y caricias.

Por Japi Jane, www.japijane.cl

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