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¿Que chucha es un Tuppersex?

Japi Jane nos cuenta de qué tratan estas reuniones secretas

Mi trabajo es vender juguetes eróticos, lo cual es bastante divertido, pero es aún más interesante cuando se trata de venderlos en el living de una casa donde están reunidas un grupo de amigas. Para las que no han participado en una de estas reuniones llamadas “Tuppersex”, quizás no se imaginan de lo que estoy hablando ni como sería la dinámica. Te cuento que la verdad es que no es nada tan intenso ni tan secreto y son lo más entretenido que hay.

El enfoque es para presentar los productos que vendo en la tienda Japi Jane, explicando de que se trata cada uno, como se utiliza…si sola o acompañada, y hasta el cuidado y limpieza. Pero aparte de este servicio utilitario e instructivo que le da estructura – y el pretexto – al encuentro, pasa algo bastante más importante y divertido: ¡las mujeres conversamos de sexo!

Aquí es donde puedo hacer algunas observaciones interesantes sobre las mujeres chilenas. Casi siempre cuando la dueña de casa abre la puerta y entro yo con mi maleta gigante, todas se miran entre ellas y empiezan las risas nerviosas. Muchas con cara de sorpresa me preguntan “¿Tu eres la Japi Jane?” Seguro se esperan a una mujer mayor, una gringa rubia y alta, y más intimidante, quizás vestida de cuero con un látigo en la mano… pero se encuentran conmigo, 1.55 metros, 31 años con jeans y zapatillas. Les respondo al tiro, “el buen sexo es para todas, no sólo para las mujeres divas.”

La composición del grupo siempre es distinta, pueden ser mujeres de 20 a 70 años que son amigas desde el colegio o la universidad, compañeras de oficina, equipos de básquetball o fútbol, hermanas y primas, o como ha pasado algunas veces, mamás con hijas e ¡incluso a veces con la abuela!

Pero en cada grupo hay ciertos personajes que se repiten: “la amiga loca”, sin pelos en la lengua para hablar de sexo, lo hace con una voz potente, y sus chistes sirven mucho para romper el hielo; “la curiosa”, que está sentada con calma pero hace preguntas muy específicas y detalladas con ganas de aprender, a todas les sorprende que ella sabe tanto de sexo como para poder hacer preguntas que a las otras ni se les ocurre; y finalmente “la callada” que me mira durante toda la presentación con ojos inquietos y no dice casi nada a nadie, pero cuando llega la hora de comprar, ella es la primera, y sabe exactamente lo que le interesa sin dar ninguna vuelta para tomar su decisión.

Pero entre tantas risas y hueveo (y quizás un par de pisco sours), las invitadas se relajan y se sienten con más confianza de contar sus historias, preguntar sobre sus dudas y compartir sus tips sexuales. Hay mujeres que confiesan por ejemplo, que ven películas pornos con su marido. Otras que cuentan que les ha costado un montón volver a una vida sexual plena después de que nace un hijo y siempre recibe muchos consejos e ideas del grupo de cómo enfrentarlo. Algunas quieren saber como pueden ser multi-orgásmicas, mientras otras simplemente quieren conseguir un orgasmo. Es un ambiente de mucha confianza y todas agradecen los comentarios de sus amigas.

La mejor parte de mi trabajo es que siempre aprendo algo nuevo con cada reunión, y lo puedo compartir después con más mujeres. Luego de haber asistido a casi 300 reuniones con cerca de 3,000 mujeres, el aprendizaje más importante que he recogido hasta el momento es que ¡las mujeres chilenas son mucho menos cartuchas de lo que se cree! Así que, recuerda que no es necesario tener un Tuppersex de por medio, la próxima vez que te juntes con un par de amigas, puedes abrir un espacio y hablar de sexo.

– Por Japi Jane.

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