El sismo de 7.1 grados que sacudió la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre dejó decenas de edificios derrumbados alrededor de la región, entre ellos, una fábrica textil de la calle de Chimalpopoca y Simón Bolívar, en la colonia Obrera.
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La cifra de muertos por el sismo de 7.1 grados del pasado martes ha ascendido a 21. Por suerte y gracias a la rapidez con la que llegó el apoyo, se logró sacar de los escombros a por menos 14 personas vivas. No se registraron heridos en la escuela ni en el restaurante ubicado en la misma acera.
Han pasado 32 años desde el terremoto de 1985 y parece que la historia se repite. En aquel año, mujeres trabajadoras de una fábrica textil se quedaron atrapadas en su centro de trabajo, en una situación que pudo evitarse de no haber sido por las malas condiciones de las edificaciones, así como de trabajo que tenían.
Ahora, en el edificio de seis pisos de la colonia Obrera, se maquilaba ropa para marcas de prestigio en México, el dueño del edificio no ha aparecido. Según informes en el interior, además de la fábrica textil, también había una tienda de ropa, una juguetería, y una distribuidora de artículos para vehículos. En tres segundos, el edificio se derrumbó por completo, haciendo que los cuatro pisos que tenía, se comprimieran en uno.
La resistencia feminista ha sido fundamental para que se detenga a la maquinaria pesada que pretende levantar los escombros, aún cuando se dijo que sigue habiendo mujeres vivas.
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El grupo solicitará a la Secretaría del Trabajo el estado de la situación de esta fábrica, para saber cuántas mujeres trabajaban en esta fábrica, cuál era su estatus migratorio de cada una, ya que aseguran que en el lugar también trabajaban mujeres inmigrantes de diversos países y sin papeles, por lo cual sus jornada laborales eran muy extensas.
Las mujeres investigarán quiénes son los dueños para que se respondan por las trabajadoras ya que se teme que ocurra lo mismo que en el 85, cuando los patrones únicamente respondieron por el material que quedó entre los escombros.
Al mismo tiempo, la Brigada Feminista se ha dedicado a brindar apoyo psicológico, legal y orientación a los derechos humanos, en una carpa ubicada en un centro comercial sobre la calle de Bolívar. De acuerdo con miembros de esta brigada, las mujeres han sido consideradas como un «estorbo» en las labores de rescate y que únicamente se ha abierto paso para los hombres, sin oportunidad de revelo con mujeres presentes, pese al cansancio de ellos y la iniciativa de ellas.