Por Luz Lancheros
Ana es guatemalteca. Al huir de su país por la violencia, llegó a España, donde un profesor universitario que conocía la recibió. Este la violó y humilló sistemáticamente hasta que ella se cansó y denunció. Nadie le creyó y lo peor de todo: la justicia se volvió en contra de ella.
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Por eso decidió contarlo todo en un cómic. De ahí nació la iniciativa en redes llamada #YoTeCreo, donde muchos le muestran su apoyo y ayudan a visibilizar primero que todo, una injusticia. Y segundo que todo, cómo actúa el sistema y la sociedad para hacer que una mujer sea apartada y silenciada y que su problema sea considerado nada.
En el cómic se compara con una muñeca que es manipulada hasta quebrarse. Las imágenes son desgarradoras. Muestran todo el dolor interno, el sufrimiento que padeció Ana.
Toda la historia llega hasta que la justicia la maltrata. Desistió, porque nadie le creía. Llegó a España y como mujer y migrante no tuvo ninguna posibilidad. Su maestro la acosaba ya en su país pero fue el único que se ofreció a ayudarla. La manoseó dormida. Controlaba su dinero, sus relaciones.
«Yo no soy un hombre. No soy humano. Soy un oso. Puedo ser tu oso de peluche», le decía.
Era «encantador» hasta el punto de aislarla. Insistió tanto que la quebró y la violó. La obligó a llamarlo «amo» y a repetirle que era «su puta». La hizo ver pornografía y luego la penetraba analmente. Lo peor es que la ataba con una cuerda, la hacía andar a cuatro patas y la miraba al espejo para reconocerla como «su perra».
Le hizo sentir tanta vergüenza que ella no pudo hablar de eso sino mucho después, con una amiga. No podía comer, dormir, pensaba que no valía la pena vivir. Hasta que tuvo el valor de ir con la justicia y trataron de convencerla de que ella era la culpable. Le creyeron todo a él.
Por eso decidió hacer el cómic, que hoy es un hashtag en redes sociales. Uno donde a muy pocas víctimas se les dice: «Yo te creo».
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