Por Gabriela Vaca Jaramillo
Bella Deviátkina, es la pequeña rusa que «reventó» el internet cuando participó en un programa y demostró que puede dominar siete idiomas (inglés, alemán, chino, español, francés, árabe y ruso). Sus padres contaron en una entrevista con RT cómo lograron educar a la pequeña de cuatro años.
El objetivo inicial es que hablara con normalidad dos lenguas: el ruso (su idioma natal) y el inglés, confesó Yulia Deviátkina, la madre de la menor. Su círculo social lo confomaban padres de familia que les enseñaban a sus hijos a aprender varios idiomas y esto les motivó. Los resultados no se hicieron esperar ya que la pequeña Bella entendía muy bien tanto el inglés como el ruso en apenas un año de aprendizaje.
DESCUBRE MÁS:
- Esta pequeña tiene 4 años y habla ¡7 idiomas!
- Los ojos son más importantes que la lengua al saborear la comida
- Lenguaje incluyente: ¿por qué sirvienta sí y presidenta no?
Asimismo, Evgueny Deviátkin, padre de la niña, aclara que no «pretenden hacer de su hija un genio sino mostrarle todas las posibilidades y que aspiran que Bella se desarrolle de una manera armoniosa por su interés en los idiomas».
El método de estudio de la niña consiste en dos y cuatro clases con una duración total de seis horas: tres por la mañana y tres por la noche. Por ejemplo, de 10h00 a 13h00 puede tener las clases de chino y de francés, y de 17h00 a 20h00 clases de árabe y alemán. Sin embargo, no se trata de clases en sentido estricto, destaca la madre de la niña.
Ella juega y se comunica con los hablantes nativos de estas lenguas, pasean, dibujan y juegan juntos. Es decir, «no está sentada en un pupitre» y hace todo lo que hacen los demás niños, dice Yulia.
Además de sus clases de idiomas, Bella frecuenta varios grupos de actividades extraescolares: un círculo de arte dramático en inglés, una escuela de arte con una profesora francesa y practica patinaje artístico con una entrenadora alemana.
Pese a todo, Bella dispone de bastante tiempo libre, se comunica con otros niños rusos y ve dibujos animados como ellos. «No está sobrecargada», aseguran sus padres.
