Por Irene Ayuso
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Su padre, Tiburcio Medina, notó que Lina tenía el vientre abultado, y ante las supersticiones de sus vecinos quienes señalaban llevaba en las entrañas una criatura animal, en abril de 1939 la llevó con los chamanes de la aldea sólo para creer que se trataba de un tumor. Pero luego de examinarla, los médicos llegaron a una conclusión aún más desconcertante: Lina estaba embarazada de siete meses.
De inmediato el Dr. Geraldo Lozada se hizo cargo de su caso, dedicándose exclusivamente a ella. Lo primero que hizo fue llevarla a un hospital más avanzado en Lima, para confirmar el diagnóstico.
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Allí se enteraron que Lina nació con una extraña condición bautizada «pubertad precoz». Básicamente, se trata de un desarrollo sexual temprano. La mayoría de las niñas experimentan la pubertad a los 10 años (los niños un poco después, entre los 11 y los 12).
La vida de Lina fue muy diferente. Tuvo su primer período entre los dos años y medio y los tres. Había desarrollado sus pechos a los cuatro. A los cinco, su pelvis se había ensanchado y ya mostraba maduración ósea avanzada.
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Lina Medina se convirtió oficialmente en la mamá más joven de la historia médica, al dar a luz a la edad de cinco años, siete meses y 21 días.
Tuvo a su hijo el 14 de mayo de 1939 por cesárea, ya que su pelvis era demasiado pequeña.
El niño pesó 2,700 kilos y estaba en perfectas condiciones de salud. Lo llamaron Gerardo y creció pensando que su mamá era su hermana.
Lo primero que se pensó fue en abuso sexual. El padre de Lina fue arrestado bajo sospecha de incesto, pero fue dejado en libertad a los pocos días por falta de evidencias. Lina, por su parte jamás reveló la verdadera identidad del padre de su criatura, ni las circunstancias en que quedó embarazada, si es que recuerda ambas cosas.
Según un artículo periodístico publicado en 1955: «Algunos señalaron que había celebraciones frecuentes en los pueblos de los Andes. Era normal que terminaran con orgías y las violaciones no eran infrecuentes.»
A lo largo de los años, muchas personas consideraron esta historia como una completa farsa pero muchos médicos han verificado que es cierta a través de biopsias, rayos X y fotografías que tomaron los médicos que la atendieron.
Gerardo se crió pensando que Lina era su hermana, pero se enteró a los 10 años de que en realidad era su mamá. Vivió hasta 1979, año en que murió por una enfermedad de los huesos, a la edad de 40 años.