Por Olivia O’Gam Espinosa
PUBLICIDAD
En 2015 la argentina Aixa Rizzo denunció a través del video ‘Acoso callejero: del piropo a la violación», cómo un grupo de trabajadores de la construcción la agredió verbalmente con insinuaciones sexuales que pronto se convirtieron en un intento de agresión física. Ella se defendió usando gas pimienta, denunció y las autoridades le recomendaron no defenderse ante un nuevo intento para no ser acusada por lesiones. A pesar de ello enviaron a un policía para resguardar su casa, pero los agresores continuaron su acoso con cantos que decían: ‘Si nos organizamos follamos todos’.
El acoso callejero es una forma de violencia que diariamente sufren millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Existe miedo y, a la vez, enojo generalizado por ser blanco de silbidos, masturbaciones, exhibicionismo, manoseos e insinuaciones sexuales en lugares públicos. Lamentablemente, esta situación es culturalmente aceptada y muchos hombres consideran que sólo buscan halagar a la mujer o que su conducta es el resultado de una ‘provocación’ femenina por su forma de vestir.
Las víctimas de acoso callejero no saben cómo defenderse y permanecen en silencio. La falta de acción de las autoridades también las desalienta a denunciar ya que en muchas ocasiones, se encuentran con mofas y falta de sensibilidad.
En los últimos años la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones en distintos países del mundo, han comenzado diversas acciones para detener y erradicar el acoso callejero. Una de ellas fue ‘Ciudades Seguras Libres de Violencia contra las Mujeres y las Niñas’ implementado en Egipto, India, Ruanda, Brasil, Costa Rica, Honduras, Kenia, Marruecos, entre otros.
América Latina vive una situación especialmente delicada, aunque también se han dado importantes avances como en el caso de Perú, que en 2015 creó una ley que sanciona el acoso callejero.
De acuerdo con la ‘Primera Encuesta de Acoso Callejero en Chile’, 94,7% de las mujeres en el país ha sido víctima de acoso sexual callejero, una práctica a la que comienzan a acostumbrarse a partir de los nueve años. El Observatorio contra el Acoso Callejero en Chile refiere: «el acoso sexual callejero hoy sigue careciendo de una adecuada cobertura en términos legales y pragramáticos, lo que se vuelve aún más inaceptable si se considera la fuerte demanda por la sancionabilidad de estas prácticas, que involucra todo tipo de actos, incluso los verbales y no verbales, que en el discurso suelen ser justificados o hasta motivo de orgullo por encontrarse inmersos una cultura machista».
PUBLICIDAD
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) refiere que: «además del temor de robo y asalto, las mujeres experimentan el miedo a la violación y el secuestro y están expuestas a una forma cotidiana de la violencia que se expresa a través de las palabras, los sonidos, frases, roces, así como el abuso físico que tiene efectos negativos sobre su seguridad en la calle».
La Cepal apunta que tan sólo en Colombia y México, 6 de cada 10 mujeres han sufrido alguna agresión sexual en el transporte público.
Aunque en muchos países se han llevado a cabo diversas campañas como el acoso, una constante es que no existen cifras oficiales que puedan reflejar la realidad concreta de esta problemática.
¿QUÉ HACER EN CASO DE ACOSO CALLEJERO?
La organización Stop Street Harassment afirma que no hay una forma ‘correcta’ para enfrentar a los acosadores, debido a que cada situación es distinta y muchos veces las víctimas tienen poco tiempo para analizar su ‘plan de defensa’. Ante esto, sugiere:
-Responder a la agresión con calma, sin malas palabras ni agresiones, pero con firmeza.
-Informar a las autoridades, esto hará que se tomen medidas que representen una consecuencia real para el acosador.
-Informar al empleador. Si el acosador trabaja para una empresa plenamente identificada, llama o escribe a la compañía informando sobre el acoso.
El Observatorio contra el Acoso Callejero en Chile, recomienda:
– Responde siempre que el entorno sea seguro y el agresor no amenace tu integridad física. (De lo contrario, puedes pedir ayuda a otras personas o a la autoridad).
– No uses agresividad ni groserías, pueden hacer que el acosador adquiera un comportamiento más agresivo o que sea más difícil que entienda el mensaje que estás dándole.
– Intenta que tus respuestas sean asertivas, claras y potentes. Tendrán un resultado desconcertante y muy efectivo.
– Adopta una postura segura, míralo a los ojos y habla fuerte y claro. Proyecta confianza, seriedad y calma, aunque no las sientas.
– Si insiste en su acoso, te amenaza o se burla, repite tu afirmación o sigue caminando, no sigas su juego.
<!–
DESCUBRE MÁS EN IMÁGENES:
Frases que fomentan la violencia de género y que tenemos que dejar de decir
Include SSI
–>