Por Olivia O’Gam Espinosa G.
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En los últimos años se ha puesto mayor atención en la dieta diaria, pues se considera una de las claves para prevenir y erradicar ciertas enfermedades. Y es que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), «Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no trasmisibles como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer».
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Mucho se ha hablado sobre la existencia de alimentos que ayudan a prevenir el cáncer y diversos centros de investigación han realizado pruebas al respecto. Lo cierto es que, de acuerdo con la American Cancer Society (ACS) y el instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, hasta ahora no existe suficiente evidencia para determinar que ciertos alimentos erradiquen o prevengan la aparición de cáncer. Sin embargo, aún se realizan estudios y se pugna por una alimentación saludable.
Es vital acudir a revisiones médicas periódicas, especialmente si se tiene una historia familia de diversos casos de cáncer. Si ya estás en tratamiento, no modifiques tu dieta asignada sin la aprobación de tu médico.
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A continuación, 3 alimentos de lo que se estudian sus efectos para prevenir el cáncer.
– Ajo. El European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition, un estudio que analiza los efectos de la alimentación en el cáncer, asoció el consumo de ajo y cebolla con un menor riesgo de cáncer intestinal, aunque también se habla de que puede tener el mismo efecto en otros tipos de cáncer como estómago, colon, esófago, páncreas y de seno. El INC en Estados Unidos reconoce que el ajo podría tener propiedades anticancerígenas.
Pese a esto, no hay que perder de vista que se han realizado estudios en China, Francia y Estados Unidos, pero los científicios no han logrado unificar criterios, debido a las cantidades usadas en las pruebas y a que en las mismas se ha mezclado el ajo con otros ingredientes.
– Té verde. Diversas investigaciones realizadas en animales, han determinado que los polifenoles presentes en el té verde combaten la transformación de células normales en células cancerígenas en órganos como las glándulas mamarias, el colon, el páncreas, la cavidad oral y los pulmones. Los resultados aún no son concluyentes sobre el efecto del té verde para prevenir el cáncer.
– Rábano, brócoli, arúgula y otras plantas crucíferas. Son una rica de fuente vitaminas, fibra y minerales, pero las investigaciones se han centrado en los glucosinatos que contienen y que, al descomponerse y formar compuestos biológicos como los indoles y los isotiocianatos, se dice que combaten la formación de cáncer en mamas, hígado, pulmones y estómago. Las pruebas se han realizado en animales y humanos en Canadá, Suecia y Holanda, aunque los beneficios de las plantas crucíferas en el tratamiento y prevención del cáncer siguen en proceso.