Semanas antes de que explotara el movimiento social en Chile, compartimos con estas tres actrices para ahondar en su trayectoria. Llegaron a la sesión de fotos con una energía que sorprende. El ritmo de su profesión mantiene a estas actrices con una jovialidad envidiable. Se hacen bromas entre ellas y se ríen a carcajadas, como si fueran amigas de toda la vida. Difícil no imaginarlas arriba del escenario, donde interpretan a un grupo de grandes amigas.
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Las protagonistas de la hilarante comedia, dirigida por Rodrigo Bastidas, Viejas de mierda, disfrutan de un buen momento laboral, aunque estas semanas han suspendido algunas funciones. Gloria Münchmeyer tiene más de 35 teleseries en el cuerpo, y grandes interpretaciones, como la Vicky y la Gaby, junto a Rebeca Ghigliotto. Con una dulce ironía, que aparece en todo momento, la actriz se prepara para las fotos retocándose el maquillaje frente a un espejo.
A sus 81 años, Münchmeyer reconoce que nunca en su vida había tenido teatro lleno, permanentemente, por tanto tiempo. “Me siento regio, contenta de poder trabajar a esta edad, tener éxito y entretenerse con lo que uno hace, con dos personas que quiero mucho y que son maravillosas. Este tiempo presente para mí es un regalo”, dice Gloria, quien, paralelamente, está en pantalla con Gemelas, teleserie de Chilevisión.
Su colega y amiga, Gaby Hernández (80), es de la idea de que más vale tarde que nunca. Aunque ha tenido una larga trayectoria como actriz, fue en 2014 cuando logró gran reconocimiento por su papel de Lita, en Pitucas sin lucas, y luego como Nora, en Casa de muñecos, de Mega. Actualmente, se desenvuelve como panelista del matinal de Chilevisión Viva la Pipol. “Antes me gustaban todos mis papeles, pero no tenía tanto trabajo, así que feliz, porque me encanta trabajar. A veces estoy muy cansada, porque me toca matinal, matiné y vermut, pero no me quejo”, asegura.
A diferencia de sus extrovertidas compañeras de elenco, Gloria Benavides (71), una de las comediantes más queridas de la televisión chilena, e intérprete del recordado personaje La Cuatro Dientes, se mueve en una sintonía más pausada y responde con voz suave cada pregunta. “Toda mi vida he estado arriba de un escenario, entonces, es el lugar donde realmente me siento cómoda como ser humano, como persona. Me considero tímida, entonces ahí me desinhibo completamente, me hace feliz”, confiesa.
¿Cómo han vivido el estallido social de los últimos días?
Gaby Hernández: Estoy de acuerdo con todas las demandas sociales para que haya más equidad, en todo sentido, en este país. Todo clama por un cambio, ojalá una Asamblea Constituyente para poder hacer una nueva Constitución. Me da una alegría enorme y esperanza lo que está pasando. Ojalá que de aquí salga algo de verdad.
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Gloria Münchmeyer: Extraordinario. Todos los paradigmas cambiaron de un día para otro. Es histórico. Es tan grande que me da la impresión de que uno no lo puede todavía comprender en su verdadera dimensión. Maravilloso, increíble. Esa reacción visceral, desde el fondo, con todos los afectados manifestándose en la calle, es una cosa maravillosa. Agradezco a Dios estar viva para ver esto. Separo absolutamente los actos vandalistas de la manifestación. Tiene que haber una reacción pronta de parte del gobierno, como para organizar un cambio, que todos sabemos, que es el cambio de la Constitución.
Gloria Benavides: Esto viene de mucho tiempo atrás. Lo que pasa es que ahora, con estas movilizaciones, la gente se dio cuenta. Hace tiempo que nosotros tendríamos que haber reaccionado, pero nunca es tarde. La salud, por ejemplo, no se ha arreglado nunca. La gente se muere en los pasillos de los hospitales. Estoy totalmente de acuerdo. Tiene que existir más conciencia social, pero no estoy de acuerdo con el vandalismo. Creo que las cosas no se arreglan así, porque nos dañan a nosotros mismos.
Llegar a la tercera edad
Aludiendo al título que tiene la obra que interpretan juntas, ¿cómo es una vieja de mierda?
Gaby H.: Es una persona que, aunque no sea vieja, es amargada, criticona, se quedó en el pasado, se frustró, no vivió una vida como la que quería vivir. No tuvo una profesión que amó y, probablemente, se desempeña hasta ahora en ella. A esa gente se le nota.
A diferencia de otras profesiones, los actores se pueden mantener siempre vigentes…
Gloria M.: La gente está determinada: colegio, universidad, profesión, jubilación y muerte. Todos los que tienen que ver con algo creativo, no tienen edad para dejar su oficio, al revés, siguen haciendo lo que siempre han querido hacer hasta que se mueran. No tenemos ese hito, que es muy marcador en una vida; saber que a los 50 años ya vas a ser otra cosa. Para nosotros es muy normal trabajar a esta edad, no tiene nada de extraordinario.
¿Sienten que enfrentan dificultades para trabajar ahora?
Gaby H.: Que tenemos un poco menos memoria que antes, pero ni siquiera, porque la tenemos tan entrenada…
Gloria M.: Gaby, tú te aprendiste altiro la letra.
Gaby H.: Pero cuando me operé de la cadera, estaba en una teleserie, y estudiaba y estudiaba hasta las tres de la mañana y no me entraba nada. Era una situación de estrés, pero me fui recuperando. Tenemos buena salud las tres, por suerte. La Gloria (Benavides) es mucho más joven.
Gloria B.: No, estamos en el mismo tramo.
Gaby H.: No, tú estás en los siete y nosotras estamos en los ocho.
Gloria M.: ¿De qué están hablando?
Gaby H.: ¡De lo que te carga! (risas).
Gloria M.: ¿La edad? Yo soy mayor que la Gaby como tres meses, cosa que me saca en cara siempre (risas).
¿Qué miedos aparecen a esta edad? ¿A la soledad, por ejemplo?
Gloria B.: ¡Disfruto la soledad!
Gaby H.: Yo también.
Gloria B.: Pienso que tener momentos para ti es el premio que te da la vida, porque uno se ha preocupado tanto de los hijos. Ya han volado con alas propias, entonces te quedas sola, y es fantástico. Disfrutas de tu tiempo, haces lo que has querido hacer siempre. Y en cuanto a sentirme vieja, yo nací vieja. Me ha tocado vivir muy acelerado, entonces siempre he sido vieja, pero una vieja chora (risas).
Pero algún miedo habrá…
Gloria M.: ¿Miedo? Al deterioro, a no poder trabajar.
Gloria B.: El miedo más grande que tengo es el olvido, no recordar cosas. Siempre estoy entrenando mi memoria, leyendo, haciendo todas las cosas que dicen que hay que hacer para no llegar a eso.
¿Cuál es el balance que hacen hoy de sus carreras?
Gloria M.: Te diría que soy afortunada. He tenido mucha suerte, he estado en los lugares precisos, en el momento preciso. He tenido cierta continuidad, que no es común en este oficio. Una vez, un periodista me preguntó por qué estaba vigente. Le dije que de puro porfiada no más. Por insistir, porque hay mucha gente que no soporta estar un año sin pega, y se dedica inmediatamente a otra cosa. En mi caso, es tan fuerte la vocación y, por el otro, no sé hacer otra cosa, entonces obligada a trabajar como actriz. Creo que la persistencia es lo que me ha dado la continuidad en el trabajo, y eso es lo que me hace más feliz en la vida: poder trabajar en lo que a mí me gusta y que, más encima, me paguen.
Gloria B.: Empecé como cantante, grabando a los cinco años. Seguí siendo artista juvenil y ahora tengo este regalo que me da la vida de poder estar en un escenario de teatro junto a dos grandes actrices. Me hace muy feliz.
Gaby H.: Puedo llegar enojada o triste, pero arriba del escenario se me olvida todo. Me encanta. Es la mejor terapia, es una adrenalina. Me gusta trabajar en todo y ojalá me llamaran más para cine, que he hecho poquísimo, pero me encanta. Si me piden hacer cabaret, lo hago.
¿El machismo fue un tema en sus vidas o en sus carreras?
Gaby H.: Para empezar, los sueldos de los hombres son siempre mucho más altos en todas las profesiones. Siempre reclamo por eso.
Gloria M.: El acceso a los trabajos importantes también. Gerenciales o directivos.
¿Y más allá de lo económico?
Gaby H.: ¿El acoso? Siempre. Viví sola en México cuando era muy joven y me defendía a capa y espada. Largué patada y puñete si tuve que hacerlo, me supe defender siempre. Si me ofrecían algo, pero era a cambio de otra cosa, no, nomás. Trabajo no me iba a faltar.
Gloria B.: Igual he sabido poner mi parelé, stop, conmigo no. A pesar de estar siempre inmersa en este mundo de los escenarios, los músicos, siempre supe decir basta. Nunca me obligaron, por ejemplo, para llegar a algún lugar, a ceder en mi integridad.
Gaby H.: Es que no te pueden obligar. A mí ofrecieron cosas en México a cambio de algo y dije no. Si me hubiera gustado el tipo, hubiera dicho, bueno, sí (risas).
¿Son vanidosas?
Gaby H.: Normalmente.
Gloria M.: Soy lo más vanidosa que hay. Siempre me encuentro fea, entonces eso es vanidad, porque me tengo que aceptar la fealdad.
Gaby H.: Hay días que la Gloria se maquilla tan bien y dice: lo siento chiquillas, pero hoy no me aguanto de guapa que estoy (risas).
Gloria M.: Les aviso para que no se sorprendan. Mírenme bien, porque miren cómo estoy. Cuidado porque se van a desconcentrar (risas).
¿Y cómo han asumido los cambios físicos?
Gloria M.: Tratando de no mirarse mucho al espejo.
Gaby H.: Yo me estiraría un pelito el cuello, porque la cara está bastante bien.
¿Qué es lo mejor y lo peor de la tercera edad?
Gaby H.: Lo mejor, nada (risas). Para qué estamos con cosas. El que diga que es la mejor edad, creo que está mintiendo. Teniendo salud y dinero no es mala.
Gloria B.: Disfruto al máximo con mis nietos. Salgo con los más grandes a tomar un café y conversamos de todo. Eso me encanta. Ahora, sin plata es terrible. No lo arregla todo, pero tener trabajo y salud para trabajar es fantástico. Lo malo de esta edad son las pensiones. Son muy bajas…
Gaby H.: Las pensiones bajas, las contribuciones muy altas y la salud como la mona.
La obra Viejas de mierda se presenta en el Teatro San Ginés (Mallinkrodt 112), de viernes a domingo.
Más información: www.sangines.cl