Por Cat Chang
PUBLICIDAD
Admitiré desde el comienzo que no soy una fanática de Tinder. Cuando se trata del sexo casual, soy firme creyente en la regla de los cinco segundos –cuando conozco a alguien sólo me toma cinco segundos saber si dormiré con esa persona o no.
Encontrar a alguien en Tinder, sin embargo, toma mucho más de cinco segundos. Primero tiene que haber un «match» (que ambos demuestren interés), luego una conversación, luego una invitación a un bar, y luego… sexo, quizás. ¡Es mucho trabajo! Pero, estoy de vacaciones, hace dos semanas que no tengo sexo y necesito contacto físico.
DESCUBRE MÁS:
- Sexo vs romance, ¿qué prefieren los millenials?
- El amor en la era online: Aprende cómo evitar malentendidos virtuales
- Test: ¿cuál es tu verdadera personalidad sexual?
No… no… no… Aquí hay un buen candidato: tiene 30 años, es profesor, vive en el centro de la ciudad. Me dio un súper like, así que debe estar muy interesado. Juzgando por sus fotos es bastante lindo. Está bien.
Me manda un mensaje de inmediato: «Hola, ¿cómo estás?»
«Hola», escribo de vuelta: «Estoy de vacaciones. ¿Qué tal unos besos?»
PUBLICIDAD
***
Siempre llego tarde a las citas, así puedo juzgar el ambiente y desaparecer si es necesario (no me juzguen). Veo a mi cita en una mesa ubicada en la esquina del cuarto, ya tiene una bebida en la mano. Hmm. Es más alto de lo que pensé, muy bien. Pero… no es tan lindo. Lo analizo bien y decido que él bastará.
«Hola, soy Cat», le digo, mientras me siento frente a él. Se presenta y yo ordeno una cerveza. Nunca pido café con las citas de Tinder, sólo bebidas alcohólicas; he encontrado que es mejor nublar un poco mi juicio si lo que quiero es tener sexo.
El asunto con Tinder es que es totalmente artificial. A diferencia de conocer a alguien en una fiesta o a través de amigos, una cita de Tinder no te brinda muchos temas en común. Sólo son dos personas intentando tener un poco de acción. Está el problema de la atracción misma –como dije antes, creo en la regla de los cinco segundos. En una fiesta, siempre puedes seguir hablando con esa persona si te gusta o ir con alguien más si no. En una cita de Tinder estás atrapada si no quieres parecer grosera. Tus opciones son: quedarte y llegar hasta el final o inventar alguna excusa para marcharte.
La conversación no está mal. Me aburre un poco, pero en verdad necesito tener sexo, así que me concentro en mi cerveza y sólo asiento cuando habla. Luego, por supuesto, decide que es buena idea hablarme de su ex por ninguna razón aparente.
«Oh, qué difícil», digo con tono empático. «Cuéntame más».
Usualmente termino actuando como terapeuta en mis citas de Tinder.
Después de otra bebida (whisky esta vez) pienso que podría dormir con este tipo. Ya sé que no será un problema emocionalmente, así que hago lo posible por ir directo al grano. «Oye, ¿por qué no nos vamos de aquí?» le pregunto.
***
Nos estamos besando en su apartamento y las cosas marchan bastante bien. Es bueno para besar. Después de un rato comienza a deslizar su mano hacia mi entrepierna, aprovecho esta oportunidad para susurrar en su oído:
«¿Quieres tomar un condón?», pregunto.
«Yo… no tengo ninguno», contesta.
«¿Estás hablando en serio?», le respondo, molesta.
«En realidad no planeaba llegar hasta aquí», me dice, poniendo cara de cachorro triste. «Lo siento».
«Pero quiero darte sexo oral», agrega. Eso no está tan mal.
Así que lo hace, y es… bastante bueno. Mejor que eso, es excelente. Es muy entusiasta al respecto y compensa su error con el condón. Tengo un par de orgasmos y él parece complacido consigo mismo.
Nos abrazamos un rato –mi cuerpo está lleno de oxitocina así que no me molesta– pero pronto será hora de partir. La despedida es incómoda, más para él que para mí. Yo obtuve exactamente lo que buscaba. No estoy segura si él recibió más o menos de lo que quería.
«Gracias. La pasé muy bien», le digo.
«¿Estarás en la ciudad más tiempo?», me pregunta.
«Claro, escríbeme si gustas», es mi respuesta.
Pero, en cuanto salgo de su apartamento sé, y él también, que no nos volveremos a ver. La transacción concluyó. Intercambiamos algo, fue imperfecto pero necesario. Sólo nos brindamos compañía, un par de horas, eso es todo. No estoy siendo pesimista, sólo honesta.
«Adiós», le digo. Y luego desaparezco en medio de la noche.
¿Qué opinas de este tipo de encuentros en plataformas como Tinder? ¡Comparte tu experiencia!
📷