Como editora de Nueva Mujer Ecuador, siempre estoy buscando experiencias que nos inspiren y nos muestren la belleza en todas sus formas. Pero lo que viví hace poco en el Metro de Quito superó todas mis expectativas.
PUBLICIDAD
Todo comenzó con la idea de tomar el metro. Sí, así como lo oyen. La invitación a CICLO, una pasarela inmersiva en la estación San Francisco, me pareció tan innovadora que no dudé en vivir la experiencia desde el inicio.
Y déjenme decirles, ¡fue maravilloso! Sentir la energía de la ciudad, mezclarme con la gente en el vagón, y hasta identificar que íbamos a esta cita por el código de vestimenta que nos solicitaron días antes… todo mientras me dirigía a un evento de moda... ¡era surreal!
Al llegar a la estación, el ambiente era electrizante. La intención de CICLO fue clara desde el primer momento: democratizar la moda, hacerla accesible para todos. Se acabó la sensación de que las pasarelas son solo para unos pocos privilegiados.
Aquí, en este espacio público que todos compartimos, la moda se convirtió en arte vivo. Sentí cómo se rompían las barreras y cómo el talento ecuatoriano tomó un lugar inesperado para brillar.
Vi desfilar creaciones increíbles de diseñadores como Lia Padilla, Santo, Cherry Pam, Ana Andrade y Macarena Espinosa, junto a propuestas de colectivos como Designer Society.
Y lo más impactante es que todos los que estábamos ahí, pasajeros habituales y amantes de la moda, fuimos parte de este espectáculo único.
PUBLICIDAD
¡Imaginen! Estar esperando el tren y de repente presenciar una explosión de creatividad. ¿El precio de esta experiencia? ¡Solo 45 centavos, lo que costó mi pasaje! ¡Una verdadera ganga para un evento de esta magnitud!
Pero CICLO fue mucho más que ropa bonita. Presencié una fusión de todas las artes que me emocionó.
La música de Danny the Void envolvió el espacio, las esculturas de Milton Estrella impactaron con su presencia, las creaciones de Dayuma Guayasamín mostraron la belleza del tejido y la danza de Mane Silva añadió una capa de expresión conmovedora.
La iluminación de Miguel Ángel Murgueytio transformó la estación en un escenario mágico.
Detrás de todo esto estuvieron mentes brillantes como Camilo Ayala, Pablo José Silva y Roberto Melo, junto al increíble equipo de la Alianza de Moda del Ecuador.
Recordé que hace poco más de 600 personas disfrutaron de un adelanto en la estación de la Universidad Central, ¡y ahora yo era parte de esta nueva ola artística!
Salí de la estación San Francisco con una sonrisa enorme y la certeza de que la moda en Ecuador está viviendo un momento emocionante.
CICLO nos demostró que el arte no tiene por qué estar en galerías exclusivas; puede tomar los espacios que habitamos y sorprendernos en cualquier momento.
¡Yo estuve ahí y les digo, chicas, que esta es la moda que nos inspira, la moda que nos pertenece a todas! ¡No se pierdan la próxima edición!
