En el mundo del maquillaje, el rubor ha adquirido un papel destacado, convirtiéndose en uno de los productos preferidos por todas. Esto ha dado paso al fenómeno conocido como “blush blindness”, que ha generado muchos comentarios en redes sociales de quienes se identifican.
Esto es la familiaridad que tenemos con el uso del rubor en nuestra rutina diaria de maquillaje, llegando al punto en que perdemos la capacidad de discernir cuánto producto realmente necesitamos. La sensación de que el color no es lo suficientemente visible nos lleva a aplicar más capas de rubor, distorsionando nuestro look.
¿Cómo podemos evitar el ‘blush blindess’ y no excedernos con el rubor en el maquillaje?
Lo interesante es que, lejos de ser un error ocasional, esta práctica se ha vuelto viral, con millones de personas compartiendo sus experiencias y hasta algunos llevando mucho rubor de forma intencional.
Pero si prefieres evitarlo, para aquellas que prefieren un maquillaje natural y desean evitar caer en el fenómeno de “blush blindness”, existen varios consejos clave a tener en cuenta.
Según Roberto Siguero, embajador de Lancôme para Vogue, el rubor se aplica en el punto más alto de la mejilla al sonreír, enfatizando la importancia del tono elegido. Según Siguero, si se opta por un colorete rosa, se logra un aspecto natural y se puede resaltar el pómulo de forma sutil.
Entre las técnicas más efectivas destaca el uso del ‘mapa de color’, que implica combinar dos tonos de colorete de la misma gama para lograr un efecto degradado, o la mezcla de un colorete líquido con un iluminador para obtener un acabado luminoso y perfectamente integrado con la piel.
Con la cantidad adecuada, considerando el tono de piel individual y aplicando estas técnicas de difuminado, el rubor se convierte en un aliado fundamental para lograr un estilo natural y saludable sin caer en excesos.