En 2025 se cumple una década desde que una simple imagen desencadenara uno de los debates más intensos y memorables de internet. Se trata de la célebre fotografía del vestido que, tras ser publicada en la plataforma Tumblr en febrero de 2015, dividió la percepción visual de millones de cibernautas. ¿El motivo? Mientras algunos juraban ver un diseño en blanco y dorado, otros aseguraban que los tonos eran azul y negro.
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El fenómeno, que rápidamente trascendió las redes sociales para convertirse en objeto de estudio científico, tuvo su origen en una publicación de Caitlin McNeill, una cantante escocesa, quien compartió la foto del vestido para consultar la opinión de sus seguidores. Lo que comenzó como una pregunta inocente se transformó en un tema viral que desafió la percepción humana y atrajo la atención de los medios internacionales.
La imagen original había sido capturada por la madre de una novia, quien consideró usar la prenda en la boda. Sin embargo, la confusión sobre los colores del vestido provocó una ola de comentarios en otras redes como Facebook y Twitter —ahora llamada X—, donde las discusiones alcanzaron tal magnitud que incluso expertos en ciencia, y psicología aportaron sus conocimientos sobre el tema.
La realidad detrás de la ilusión óptica
A pesar de que muchos afirman tener una respuesta obvia, la explicación científica del fenómeno detrás del famoso vestido aclara el misterio. La percepción del color, influenciada por varios factores, depende en gran medida de las condiciones de iluminación presentes al momento de observar una imagen.
La fotografía que dividió al mundo fue tomada bajo una luz ambigua, lo que llevó al cerebro humano a interpretar los colores de maneras opuestas. De acuerdo con National Geographic, algunas personas asumieron que la iluminación era natural, percibiendo el vestido como blanco y dorado. Otros, en cambio, interpretaron que la luz era artificial, lo que hizo que lo vieran azul y negro.
El neurooftalmólogo Joseph Rizzo explicó que las longitudes de onda reflejadas en la retina generan las sensaciones de color. Sin embargo, el fenómeno resulta complejo debido a un proceso llamado adaptación cromática, mediante el cual el cerebro ajusta los colores percibidos según la luz y el contexto visual, provocando diferencias individuales en la interpretación de la misma imagen.
Aunque el debate sobre los colores continúa en el imaginario colectivo, Roman Originals, la empresa detrás del diseño, confirma que el vestido es originalmente azul con negro. Aprovechando el fenómeno, lanzaron una versión en blanco y dorado, alimentando aún más el interés global.
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La viralización de esta imagen ha impulsado estudios en neurociencia, psicología y percepción visual, destacando cómo factores ambientales y variaciones cerebrales afectan la forma en que experimentamos el color. Lejos de ser un caso aislado, el fenómeno podría repetirse con otros objetos en contextos similares.
Además de su impacto científico, la controversia del vestido ha inspirado memes, debates en redes sociales y análisis sobre la psicología del comportamiento digital. Incluso una década después, sigue generando conversación, como ocurrió recientemente en la plataforma X, donde una publicación que revivía la fotografía acumuló millas de visualizaciones y reavivó la discusión.