La moda en México y Latinoamérica en general, vive una etapa crucial, marcada por su creciente visibilidad y capacidad de competir en el escenario internacional. Durante mucho tiempo, las capitales de la moda como Nueva York, París y Milán dominaron la narrativa pero hoy la región se posiciona como un actor relevante y muestra una autenticidad inigualable que refleja su rica diversidad cultural y sus enfoques innovadores.
La industria de la moda se enfrenta a un panorama global complejo, marcado por desafíos como la sostenibilidad, la apropiación cultural y la revolución tecnológica, que exigen una reflexión profunda sobre las formas tradicionales de crear y consumir moda. En este contexto, el Global Fashion Graduate México 2024, organizado por CENTRO en colaboración con Artsthread, ha emergido como una plataforma clave para los jóvenes diseñadores.
Este encuentro ha reunido a las escuelas de moda más destacadas del mundo, brindando a las nuevas generaciones un espacio donde su energía, creatividad y enfoque fresco pueden redefinir los límites de la moda, impulsando la innovación en áreas fundamentales como la sostenibilidad y la tecnología.
“La moda siempre es el reflejo del contexto. Históricamente, nos habla de cómo pensamos, del avance tecnológico, de qué materiales utilizamos y por qué ciertos materiales ya no pueden usarse”, explicó Guillermo Huerta, Director de la carrera de Diseño Textil y Moda en CENTRO.
Los jóvenes lideran un cambio significativo, cuestionando prácticas establecidas y proponiendo soluciones adaptadas a su contexto local, sin perder de vista los retos globales. Huerta enfatizó el poder de conectar a diseñadores emergentes alrededor del mundo: “Al final, una colección que se hizo en Sao Paulo también puede mostrarse en Milán, o una colección de México en la India. Esto es muy enriquecedor, pues abre conversaciones sobre hacia dónde llevamos la moda y cómo damos voz a regiones que antes no tenían tantas oportunidades”.
Uno de los principales retos para los diseñadores latinoamericanos es demostrar que el talento local tiene la calidad para competir con las grandes casas de moda internacionales. “Pensamos que no tenemos la capacidad o la calidad y que no llegamos a los mismos resultados que otras partes del mundo, es decir, vemos a Nueva York como la capital de la moda y a Europa como un referente. Sin embargo, un evento así nos pone en una posición más equitativa, y nos damos cuenta de que tenemos todo para competir en esta industria”, aseguró Huerta. En la actualidad, el desarrollo tecnológico está redefiniendo los límites de la moda, impulsando soluciones disruptivas que redefinen el diseño contemporáneo.
Empoderamiento femenino y la revalorización del trabajo artesanal
Históricamente, la moda ha sido impulsada por mujeres, desde diseñadoras hasta artesanas. Este linaje sigue siendo fundamental para el desarrollo de nuevos talentos. “Una alumna que narró en su colección la historia de su abuela, su madre y sus tías, conectando con muchas mujeres que han enfrentado retos en un entorno de matriarcado”, compartió Huerta, haciendo énfasis en cómo historias, profundamente personales, amplían la conversación sobre el impacto social de la moda.
La colaboración con artesanos es otro eje central. “Es crucial ver a una artesana de igual a igual, preguntarle: ‘¿Qué esperas de esto? ¿Qué necesitas?’. Esta conversación abre posibilidades de trabajo más justas y equitativas”, subrayó. En este contexto, Huerta destacó que cada vez más, piezas únicas y hechas a mano, como las elaboradas por artesanas en Chiapas, adquieren un valor equiparable al de los artículos de lujo internacionales, redefiniendo lo que significa el lujo en el siglo XXI.
Diversidad, sostenibilidad e innovación
Desde la diversidad y la inclusión hasta la sostenibilidad y la resistencia cultural, las colecciones de los diseñadores emergentes cuentan historias que conectan profundamente con sus comunidades. En un mundo cada vez más conectado, estas perspectivas únicas encuentran eco en audiencias globales, demostrando que la moda latinoamericana tiene tanto valor como la de cualquier otra región.
Huerta concluyó que la moda enfrenta desafíos complejos que exigen un enfoque interdisciplinario. Los jóvenes diseñadores deben integrar la tecnología, como la inteligencia artificial, sin perder de vista los oficios tradicionales, clave para liderar una industria en transformación.