En medio de lino, bordados y variedad de prendas, Ketty Tinoco les da la bienvenida a nuevos visitantes a su marca después de pasar un poco más de un año en medio de cuarentenas y aislamientos. Gracias a la décimo primera edición de IXEL Moda, su boutique, ubicada en el centro histórico de Cartagena, recibe nuevamente a varios de los interesados en la moda colombiana, como lo ha hecho durante años. Además, siempre ha llevado de la mano la elaboración de sus diseños y el estilo caribeño que tanto caracteriza a la ciudad.
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Apodada como “La Dama del Lino”, la diseñadora reveló que este textil lo descubrió a los cuatro años, y desde entonces, se convirtió en su total favorito, “yo tenía cuatro años cuando abrí un baúl lleno de manteles de lino y después de coger uno hice un vestido para una muñeca, y pasaron los años hasta que decidí abrir la tienda, ahí fue cuando descubrí que lo amaba”.
Combinado con otros trabajos delicados, como bordados y mezclas, Tinoco ha regresado a labores ahora que se reactiva el sector de la economía naranja, encontrando el perfecto equilibrio entre la tradición de la cultura cartagenera y la modernidad, siendo una extensión de la ciudad misma en sus creaciones.
Como a muchos empresarios en el país la pandemia la golpeó con fuerza, afectando sus locales físicos y simultáneamente sus ventas, pero esto no impidió que la marca siguiera adelante. Y que la diseñadora tuviera la idea perfecta para mantener a sus trabajadores y darles vida a sus diseños.
Fue así como decidió que durante el tiempo de aislamiento destinaría sus esfuerzos a elaborar diseños que, por el tiempo, no se desarrollaban con facilidad, y así reinventarse “definitivamente me siento dichosa porque no fue fácil, pero creo que dije vamos a hacer las flores que nunca hemos podido hacer, no por no hacerlas, sino porque a veces no daba tiempo de meterle más cosas, más piedras… y con esto lo que había era tiempo” agregó.
Muchas de las piezas de su colección actual siguen este patrón, y fueron elaboradas por sus trabajadores durante las cuarentenas, con esmero y delicadeza. Es así como plasman en cada una de las prendas la particularidad de su diseño y el esfuerzo que se realiza por trabajar los materiales y las telas por cada una de las personas que las elaboran.
La diseñadora tomó esta decisión, siguiendo el concepto de “ver el vaso medio lleno”, y no descuidar a cada uno de sus colaboradores y sus familias, de hecho, se declaró fanática de las charlas de motivación, y aseguró que su vida sigue estos parámetros. Por otro lado, Tinoco afirmó que la reactivación “ha sido lenta, pero maravillosa al mismo tiempo”, pues le ha devuelto la vida al centro histórico de la ciudad amurallada.
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En cuanto a la pandemia, agradeció por la oportunidad de abrir su boutique “después de pasar tanta soledad en el centro histórico”, y reveló que muchos diseñadores estaban afectados emocionalmente por no poder mostrar sus colecciones. Mientras que otros han visto en este obstáculo, una gran oportunidad para la industria de la moda en Colombia.
Para la diseñadora, el papel que juega su labor en la reactivación económica y el sector naranja es muy importante, pues para nadie es un secreto que con la pandemia fue uno de los más golpeados, por eso agradece que siempre habrá alguien interesado en su trabajo, y en cada una de las piezas que elabora.
Sobre la marca Ketty Tinoco:
Durante la muestra de su marca, Tinoco no dejó pasar que lleva 39 años como modista, y 21 más como empresaria con su propia marca. Fue Pilar Castaño, periodista, escritora y experta en moda, quien la impulsó a crear su empresa, que desde el primer momento fue apoyada por su esposo. Además, la experta en moda fue la primera persona que la apodó como “La Dama del Lino” y hoy en día sigue apoyándola en cada una de sus colecciones.