El maquillaje es una práctica milenaria. Lo usamos con el objetivo de resaltar nuestras facciones y vernos mucho mejor. Pero el asunto no terminar allí. Un nuevo estudio revela que esta práctica también tiene beneficios emocionales y mentales.
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De acuerdo a la investigación realizada por la Universidad de Chiba, en Japón, durante el proceso de maquillarnos se fortalece la mente. Las mujeres que tienen esta rutina de belleza tienen más amor propio y ánimos de enfrentar la vida con mayor ímpetu que cuando decidimos no hacer este proceso de embellecimiento.
El maquillaje es un proceso en el que no solo resaltamos las facciones y las refinamos, sino que es un espacio dedicado a nosotras que nos relaja y reafirma nuestra autoestima.
El maquillaje y sus beneficios desconocidos
Puede que notemos que cuando salimos a la calle desaliñadas y sin maquillaje nos sintamos menos animadas a enfrentar el día. Y es que practicar una rutina de belleza nos empodera y nos llena de fuerzas.
La investigación se llevó a cabo con un grupo de mujeres y se demostró que durante el proceso de embellecimiento las participantes experimentaban un crecimiento en la confianza hacía sí mismas.
Maquillarnos es una forma de mimarnos y de demostrarnos cuánto nos queremos. Sentimos la necesidad de vernos hermosas y reafirmamos lo mucho que nos estimamos y que deseamos vernos más atractivas.
El ejercicio que se hace al destapar y cerrar cosméticos genera una actividad cerebral que nos da fortaleza. Nos hace vernos y sentirnos más guapas y estilizadas.
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El estudio demostró que crear una rutina de maquillaje nos ayuda a tomar el control de tu aspecto. Es una manera de consentirnos que se relaciona directamente con nuestro bienestar. No se trata de un procedimiento de mero banalismo.
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