Toda la vida hemos creído que el champú se aplica antes del acondicionador y la verdad es que no es una manera errada de lavarse el cabello pues el propio empaquetado de los productos así lo indica. Sin embargo, desde hace un tiempo nació una tendencia: el lavado invertido.
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Esta corriente ha sorprendido a mujeres de todas las partes del mundo porque rompe con el statu quo de la belleza capilar, pero como todo, tiene sus pros y sus contras.
Champú o acondicionador: ¿qué va primero?
«Aplicar el acondicionador antes del champú añade hidratación al pelo fino sin darle peso, también hará que el secado te dure más y prepara el pelo para el lavado», explica la Nina Dimachki, la directora creativa de Kérastase a Glamour.
De igual manera, este orden invertido permite que la melena luzca con mayor volumen y no discrimina si se trata de cabello teñido o grasoso. Sin embargo, algunas cabelleras con rizos u ondas les va mejor el champú primero pues así se mantiene más controlado.
Es ideal para aquellas que tienen su cabello dañado, debilitado o muy fino porque se logra proteger las cutículas que normalmente se dilatan durante el lavado. «En definitiva, exprime al máximo las cualidades hidratantes y protectoras del acondicionador», apuntan desde el portal Salon Secrets.
En caso de que se quiera probar para medir los resultados, es importante hacerlo de manera correcta: aplicando de la raíz a las puntas (y no solo de medios apuntas como se usa habitualmente), informa Glamour.
«El aclarado del acondicionador es muy importante para que no queden restos y, seguidamente, lavar con champú», añaden.
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Quienes lo han probado afirman que el pelo queda mucho más suave y el lavado es mucho más fácil, limpio y con resultados ligeros.
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