Eliminar el acné siempre ha sido una tarea bastante fastidiosa para todas, bien sea con cremas o remedios caseros, los brotes siempre se resisten. Pero para las adolescente es un poco más complicado de lo normal.
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Así que es mejor implementar una rutina de cuidado de la piel especializada para esa etapa en la que comienzas a experimentar con el maquillaje y tu cuerpo pasa por muchos cambios, lo que puede provocar erupciones de acné y diversos brotes tanto molestos como poco estéticos, según reseña el portal Pinkvilla.
Sin embargo, hay varias rutinas pensadas para las adolescentes y los diversos tipos de piel, de modo que siguiendo estás indicaciones puedan evitar la aparición de brotes y eliminar el acné.
Rutinas de cuidado de la piel para cuidarte del acné
Piel grasa
Hidratante: usa una crema hidratante ligera a base de gel cada vez que te laves la cara y hazlo solo dos veces al día. Trata de mantener el uso de correctores y bases al mínimo y asegúrate de quitar el maquillaje correctamente con un desmaquillador sin aceite por la noche.
Limpiador: usa uno a base de ácido salicílico para tu piel grasa. Si tienes acné, puedes usar uno que contenga peróxido de benzoilo. Aplícalo y restriégalo suavemente hasta que haga espuma, déjalo actuar durante unos 2 o 3 minutos y luego enjuágalo.
Protector solar: Usa un protector solar a base de gel con SPF 30 de forma regular. No solo cuando vayas a salir sino también en casa.
Dieta: trata de mantener la ingesta de azúcar y leche al mínimo para evitar la aparición de brotes. Para eliminar el acné puedes utilizar gel de peróxido de benzoilo o ácido salicílico como tratamiento localizado.
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Recuerda no pellizcar tu piel ni intentes hacer estallar tus espinillas, ya que dejarán una cicatriz o una mancha oscura.
Si tienes acné de moderado a severo, es mejor visitar a un dermatólogo para que lo trate.
Piel seca
Hidratante: este es el componente más importante de tu rutina de cuidado de la piel. Usa una crema hidratante que contenga parafina líquida, manteca de karité o manteca de cacao. Esto ayudará a hidratar la piel durante mucho tiempo. Aplica siempre una crema hidratante espesa antes de acostarte.
Trata de no mantener la temperatura del aire acondicionado demasiado baja y no duermas directamente debajo de un ventilador. Esto resecará tu piel aún más.
En cuánto a un desmaquillante casero, puedes utilizar aceites como el de almendras o el de coco para quitar todo rastro de maquillaje, y una vez que lo hagas enjuaga tu cara y aplica un poco de miel para que sus propiedades antibacterianas ayuden a eliminar el acné incluso ante de que aparezca.
Limpiador: usa uno ligero y no espumoso diseñado para pieles sensibles secas. Mantente alejada de exfoliantes, cualquier producto espumoso y del agua caliente. Y sí, eso también incluye el vapor para abrir tus poros.
Protector solar: solo con usar una fórmula en crema de protector solar sobre tu humectante podrás proteger tu piel, evitando que se seque aún más y se pueda agrietar.
Dieta: trata de consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y 6 como nueces, semillas de lino, semillas de chía, pescado y mariscos.
Piel regular
Hidratante: usa una crema hidratante ligera a base de agua dos veces al día. Utiliza siempre una crema hidratante cada vez que te laves la cara. Además, recuerda desmaquillarte correctamente antes de acostarte para evitar los brotes.
Limpiador: puedes utilizar uno sin espuma dos veces al día.
Protector solar: usa una fórmula en gel de protector solar con SPF 30. Vuelve a aplicarlo cada 2 horas cuando estés al aire libre y también si tu casa tiene muchas ventanas.
Dieta: se aplica la misma de aquellas adolescentes que tienen piel seca, que consiste en alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y 6 como nueces, semillas de lino, semillas de chía, pescado y mariscos.
Cómo saber cuál es tu tipo de piel
Si no sabes que tratamiento usar para eliminar el acné, entonces guíate con este método rápido y efectivo para saber cuál es tu tipo de piel.
Pon una hoja de papel sobre tu rostro y golpéala ligeramente contra él en diferentes áreas. Sostén la hoja contra la luz para determinar cuánto aceite es visible. Si la hoja recogió poco o ningún aceite, lo más probable es que tengas una piel seca. Si la hoja de transferencia revela aceite en la frente y las áreas de la nariz, tu piel es regular. Finalmente, si el papel está saturado con aceite, es probable que tengas la piel grasa.
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