Existen muchos factores por los que se acentúan las líneas de expresión en el rostro. Aparecen las temidas arrugas y muchas nos preguntamos cómo combatirlas. Te enseñamos a preparar una eficaz mascarilla de leche y miel que te ayudará a lucir un rostro joven y radiante.
La edad, la mala alimentación y hábitos como el tabaquismo hacen que vayamos perdiendo la lozanía de la piel. Lucimos un cutis avejentado y, muchas veces, con signos de cansancio que no nos resultan nada favorecedores.
En el mercado existen actualmente infinidad de productos diseñados especialmente para combatir la flacidez de nuestro rostro. Pero está comprobado que nada más efectivo y con menos efectos secundarios que un tratamiento natural. Toma nota y, con constancia, disciplina y de dedicación, más temprano que tarde verás los positivos resultados.
Modo de preparación y aplicación de la mascarilla
Para preparar la mascarilla que devolverá a tu rostro la lozanía y te hará lucir un cutis radiante solo necesitarás de dos ingredientes: cinco cucharadas de leche y dos cucharadas de miel.
Coloca la che en un recipiente y luego ve agregando la miel lentamente mientras bates. La idea es crear una mezcla cremosa que puedas aplicarte en el rostro.
Obtén una mezcla homogénea y pastosa. Puedes agregar, incluso, más leche o más miel con tal de lograr el objetivo. Asegúrate de que los dos ingredientes se encuentren completamente integrado
Lava tu rostro con un jabón neutro y sécalo bien. Posteriormente esparce la mascarilla de leche y miel por todo tu cutis. Déjala actuar en la piel por un lapso de 20 minutos y enjuaga con agua tibia. Te recomendamos realizarte este tratamiento al menos una vez a la semana.
Propiedades de la leche y la miel
La mascarilla de leche y miel que te hemos enseñado funciona porque ambos son productos naturales altamente beneficiosos para darle vida a nuestro cutis.
La leche es rica en las vitaminas que nuestra piel necesita para su correcta humectación. Además, ayuda a regular el tono de nuestro rostro y atenúa las manchas producidas por el sol o el estrés. Se trata de un ingrediente altamente usado para aclarar el cutis y combatir las arrugas. También tiene una buena reputación como exfoliante porque puede ser usado para remover células muertas.
Entre tanto, la miel en nuestra mascarilla juega un papel fundamental. Este producto natural tiene grandes propiedades antibacteriales, así como enzimas y probióticos que son sumamente beneficiosos para la piel.
Se trata de un ingrediente que ayuda a mantener la lozanía de nuestro cutis. Como premio añadido, también es desinflamatoria y previene la aparición de granitos en el rostro. Su acción cicatrizante nos permitirá secar cualquier signo de acné y cuando se aplica sobre la piel se convierte en una excelente barrera que impide la pérdida de hidratación.
La combinación de leche y miel en una mascarilla nutre nuestro cutis y le devuelve la lozanía. Aunado a lo anterior, funcionan como excelentes protectores para que factores externos como la contaminación o la suciedad no penetren en las capas más profundas de la piel. El resultado es una rostro más blanco, jovial y radiante, sin necesidad de acudir a costosos tratamientos.
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