La youtuber y conductora Dhasia Weska compartió una situación de acoso que vivió en las calles de la Ciudad de México, mientras paseaba a su perro. A través de unas historias en su cuenta de Instagram, Weska se mostró muy agitada y frustrada tras escapar de un sujeto que la iba siguiendo para pedirle su teléfono y ofrecerle trabajo como hostess.
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Pese a que ocurrió a plena luz del día y estaba rodeada de muchas personas y , la influencer se sintió muy vulnerable pues el sujeto no la dejaba en paz y nadie parecía inmutarse.
«Salí a pasear a Mailo y de repente un vato, me di cuenta que me empezó a seguir. Se veía completamente normal. Me crucé y se cruza conmigo y me dice ‘dame tu teléfono, ¿no quieres ser hostess?’ y le dije ‘no gracias’ (…) Me bloqueé porque me espanté (…) Lo que me pasó por la cabeza es que ahorita va a pasar una camioneta y yo ya desaparecí»
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La youtuber aseguró que tuvo que esconderse detrás de una camioneta para evitar que viera dónde vive. Además aseguró que una chica se acercó para ayudarla y calmarla. Posteriormente, Dhasia compartió otra historia en la que, ya «más tranquila», analizó la situación y pensó que seguramente se trataba de un pervertido pues parecía tener un celular escondido.
https://twitter.com/sprinqtay/status/1304174177520361479
El video fue publicado en diversas redes sociales, donde recibió apoyo y palabras de aliento de otras mujeres. Sin embargo, pese al hartazgo que tenemos todas, no faltaron los que se burlaron de Dhasia y cuestionaron su historia.
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«Esto es falso solo lo hace para hacer publicidad aprovechando el tema ni quién le crea», «pues que pendeja, justamente el miedo es el que te hace reaccionar», «Una duda ¿Por qué no piden ayuda?», «Pasen el onlyfans morras», «Wey: esa morra está buena le voy a pedir el fon y voy a echarle lengua para impresionarla. Dhasia: wey me querían subir a una camioneta y me iban a matar, había como 200 personas pero nadie más vio solo mi amiga, malditos hombres.» , fueron algunos de los comentarios.
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La mayoría de los comentarios fueron hechos por hombres, lo que demuestra una vez más el grave problema que existe en nuestra sociedad. La eterna discusión de «a ellos también los matan» no ha llevado a nada porque es un hecho que NADIE debería ser privado de la vida; sin embargo, el miedo con el que nos despertamos las mujeres todos los días es incomparable.
No somos ningún sexo débil pero la historia de Dhasia es la historia de todas porque sin importar edad, estrato social, peso, color de piel, la ropa que vistamos o si somos madres o no, somos un blanco fácil para quienes nos consideran un pedazo de carne o un objeto de placer. Minimizar o ignorar la violencia que sufrimos las mujeres es ser cómplice y parte del problema.
Ser mujer en México se ha convertido en una lucha por sobrevivir. Cada día asesinan a 10 mujeres, incluyendo niñas y no todos los casos son registrados. La violencia doméstica, el abuso sexual y hasta los ataques de ácido son parte de las cifras de violencia. Aún así, parecen no entender el miedo y la frustración que sentimos todas.
La reciente toma de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por familiares de víctimas y grupos feministas en el Centro Histórico de la Ciudad de México ha acaparado los titulares nacionales. Y como muestra de apoyo, otros colectivos feministas han tomado otras sedes.
Mientras estas mujeres luchan por ser escuchadas, resulta indignante que la sociedad se moleste más por un cuadro maltratado o una pared rayada. En México la impunidad impera. Cada una de las mujeres que se encuentra protestando, representan el hartazgo de todas pero sobretodo, son la voz de quienes ya no están.
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