Hace cinco años dos hermanos, Mónica y Juan Valbuena, decidieron hacer realidad el sueño de emprender. Gracias a su pasión por la moda, crearon una alternativa para todos aquellos amantes de las tendencias y unieron su amor por el estilo y su experiencia profesional para darle vida a un sueño llamado Lucinda.
Como resultado de la fusión creativa eligieron la mejor fuente de inspiración: su mamá. “Es un homenaje a nuestra mamá y de alguna manera es hacer que siempre esté con nosotros, aunque no sea físicamente, por eso todo está inspirado en ella, en el amor que nos brindó”, dice Mónica. Entonces dieron rienda suelta a la imaginación para hacer calzado de lujo, que rescata el arte tradicional de los zapateros, esos que tratan cada par como verdaderas joyas. Y, si bien el arte de la zapatería se puede apreciar a nivel global con maestros como Manolo Blanhik, Christian Louboutin o Jimmy Choo, entre otros, en Colombia lo que destaca es ese saber artesanal y una visión mucho más personalista y, en el caso de Lucinda, con este elemento, pero en mezclas mucho más audaces, eclécticas y en donde el amor por el detalle y las texturas fuera de lo común son el elemento predominante.
Lucinda es un atelier de calzado. Por eso, muchas de sus piezas son customizables, es decir, dan una opción para crear y diseñar modelos a la medida y gusto de los clientes, sobre todo aquellos que no encuentran en el mercado una opción que llegue a representarlos, en cuestiones estéticas, de manera contundente. Además, ofrecen varias colecciones durante el año en las que experimentan con los tacones, uno de sus mayores sellos diferenciadores. “Nuestro fuerte es la personalización y que sea un servicio muy puntal para cada necesidad y gusto de nuestros clientes, todo depende de los diseños que nuestros clientes quieran” agrega Mónica.
Por esta razón, los diseños se caracterizan por la implementación de tacones tipo lucide, que son transparentes. Una tendencia que tomó fuerza desde 2016, a finales y que ha encajado con las macrotendencias de levedad que se han visto a nivel pasarela con texturas como el plástico y lo transparente (clear and sheer). “Queremos que todos aquellos que lleven Lucinda, sientan que no están caminando sino levitando”afirma Juan. Por otro lado, es un deleite ver que estos desarrollos no solo se limitan a las texturas, sino a formas geométricas que desafían lo preconcebido en calzado si se habla de estructura y forma. Asimismo, la elegancia puede ir también en clave statement, por lo que en el proceso de creación, los detalles como las mostacillas, los cristales imitación rústica, las perlas, los flecos, las tiras, contrastan con los modelos tradicionales de calzado que evocan la sensualidad primaria, como los famosos stilettos. También, este proceso va hacia lo pop con bordados de bocas o con fur a través de las botas glam (y también en modelos tradicionales) que también se han desarrollado como tendencia desde Otoño/Invierno 2016.
Ahora bien, ya que el valor del diseño contemporáneo radica en la versatilidad, pero a la vez en la diferenciación, la marca es perfecta para esos consumidores que ven su principal motivo de compra en esas dos características. Sobre todo, por la posibilidad de co crear. Las personas, junto con el diseñador, son las que llevan a la realidad su propia visión del calzado.
Por otro lado, este homenaje a su madre ha llegado muy lejos: hasta el momento han participado en diferentes eventos de moda como “Bogotá Fashion Week” y en los lanzamientos de algunas campañas.
“Somos hermanos y socios ; esa confianza es clave para que no haya tapujos de ningún tipo, eso hace que no se afecte nuestra relación familiar y hasta de amigos”, afirma Juan Carlos.
Su showroom, ubicado en Bogotá fue creado bajo el concepto speakeasy, es decir, oculto. Está inspirado en los bares ocultos de Nueva York, con el cual están conformando una verdadera comunidad de amantes de los zapatos con una sensibilidad creadora desbordante.
EL ARTE DE LEVITAR
Su nueva colección ‘El Arte de Levitar’ quiere lograr una conexión profunda con el planeta, con la naturaleza, y resaltar la importancia del papel femenino dentro del arraigo cultural. Propone una colección ultra femenina y sofisticada inspirada en los elementos naturales y en el papel ejemplificante de la mujer como centro y conector social.
En su proceso, cabe resaltar que tiene una intervención especial de las manos creadoras de artesanos de la comunidad Inga Kamëntsá, indígenas del Putumayo expertos en el arte tejedor con chaquiras y salva guardadores de simbología y cultura milenaria. Es un trabajo de lujo artesanal, por un lado, desde la esencia de la zapatería clásica y por otro, ¡ con intervenciones en apliques y cortes tejidos con chaquiras, donde se incluye parte de la simbología de los indígenas de esta región, buscando así una reivindicación y relación íntima con el planeta.
A su vez, nueva propuesta incluye ese concepto de elegancia y feminidad tradicional de occidente con piezas que van desde encumbrados e infaltables stilettos, pumps, botines sofisticados, zapatillas kitten heel, destalonados y maxi-botas infinitas over the knee tipo pantalón.
Por otro lado, la paleta de colores navega entre gamas metalizadas plata y oro cobre, gris plomo, azul y rosa apastelados, dando pinceladas de luz con el verde limón, blanco y el tono del año, el coral. La transparencia, huella indeleble en la historia de la marca será protagonista de la colección representando la fluidez del agua, dando un mensaje de preservación, pensando en el futuro y resaltando el nombre de la colección.
Esta textura también se ve con fuerza en tacones macizos cilíndricos y cúbicos y en los cortes base de algunas de las piezas, invitando a la piel femenina a hacer parte de cada par de zapatos. El material base es cuero natural como ante, pelo de becerro, y otras pieles provenientes de curtiembres italianas, argentinas y colombianas, con acabados especiales cromados, así como metalcrilato inyectado, vinilo y pvc.