El aire frío de la temporada invernal contiene menos humedad; esto la convierte en la época más seca del año, por lo menos en lo que respecta a tu piel, que puede llegar a sentirse reseca, irritada, con áreas enrojecidas y labios partidos.
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Además de los consejos básicos para el cuidado de la piel en invierno, como exfoliar regularmente con productos suaves, cambiar tu humectante usual por uno más pesado, utilizar un humidificador cuando duermes y evitar bañarte con agua muy caliente, el Dr. Howard Murad, Miembro de la Academia Americana de Dermatología y fundador de Murad Inc., tiene las siguientes cinco recomendaciones para conservar la salud de tu piel hasta la llegada de la primavera:
1. Consume más mariscos. Los pescados de agua fría, como el salmón, contienen grasa natural que los hace una excelente fuente de ácidos grasos esenciales (AGE). Estos ácidos ayudan a mantener tu piel hidratada desde adentro al tiempo que la protegen del dañino ambiente invernal. Si no te gustan los mariscos, puedes obtener beneficios similares incorporando aceite de linaza a tu dieta.
2. Ve a dormir más temprano. La oscuridad es la señal que tu cerebro necesita para producir más melatonina, responsable de que sintamos cansancio y estemos listos para dormir. En esta época, los días son más cortos y las noches más largas: sigue el ejemplo de la naturaleza y acuéstate más temprano. Cuando duermes, tu piel y tu cuerpo se reparan y regeneran. Un sueño ineficiente ha sido ligado con consecuencias que van desde arrugas hasta enfermedades del corazón.
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3. Cómete el agua. Si tienes piel seca, probablemente tus células agradecerán la hidratación. La mejor manera de mantener la piel humectada desde adentro hacia afuera es comerte el agua. Aumenta tu consumo de frutas frescas y verduras crudas durante los meses de invierno y no sólo estarás incrementando tu consumo de agua (recuerda que un pepino es 95% agua), sino que también proveerás a tu piel los ingredientes indispensables que necesita para combatir el daño ambiental.
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4. Lleva contigo un par de guantes y calcetines extra. Si vives en una zona donde llueve muy seguido, sabes que el agua se puede meter en tu calzado y mojar tus calcetines. Los calcetines húmedos pueden irritar la piel. Si esto sucede, retíralos, seca muy bien tus pies, aplica crema humectante y ponte el par de calcetines secos. Lo mismo aplica con tus manos.
5. No olvides el protector solar. Existe la idea equivocada de que sólo porque afuera se siente frío, es válido prescindir de la protección solar. Éste definitivamente no es el caso. De hecho, los cambios en el clima y la capa de ozono han aumentado la importancia de ésta en el día a día. No importa si estás conduciendo o caminando a la oficina, siempre es una buena idea usar productos con FPS.