Hace unos pocos días, pasó algo impresionante. Yo, que a veces suelo enojarme por cosas simples, empecé a controlarlo más. Fue un cambio radical que ocurrió en cuestión de días. Casi inmediatamente después de teñir mis mechas californianas de color rosa. Porque ya saben, estoy llegando a esa edad en la que quieres tu cabello de un color de fantasía y un tatuaje (exacto, los 26). No me enojé ni siquiera cuando pasé la mitad de mi viernes (de quincena y 14 de febrero) haciendo un larguísimo trámite al otro lado de la ciudad. Se me hizo raro y lo comenté con un amigo. Me dijo: “Quizás estás madurando”, y le dije, “no, seguro es el cabello rosa”.
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Aunque haya sido broma, me senté a investigar los efectos psicológicos de los colores. Digo, ya sabemos que hay colores de ropa que nos transmiten más felicidad que otros, ojo, no les estoy diciendo que pinten su cabello rosa (o azul o verde), sino que se fijen más en los colores que suelen vestir, ya que estos afectan la manera en que te sientes. Vestir un outfit que te gusta de algún color vivo rara vez no afectará tu humor. Lo malo es que muchas veces elegimos, cuando nos sentimos mal, usar colores más oscuros, que en realidad no nos ayudan mucho. Especialmente en esos días hay que elegir colores y ropa que nos hagan felices.
Los colores que viten no sólo te afectan a ti, también afecta la manera en que los demás te perciben. También afectarán a los que te rodean. Podría ser justo lo que necesitas en esos días que te sientes mal. Así que vayamos color por color para que le atines exactamente a la emoción que quieres resaltar.
¿Qué irradian los colores?
Los diferentes colores en definitiva transmiten diferentes emociones. En este post queremos que se sientan felices, y nos enfocaremos en los colores que caen más en esa gama de emociones.
Naranja: es un color vibrante. Es un color muy estimulante y a la vez es visualmente dominante (como el rojo). Indica energía y creatividad, los demás notarán tu gran energía con este tono.
Rosa: Transmita amor, cariño, un corazón abierto. Cuando usas este color, las personas te perciben como más accesible.
Amarillo: Optimista y cálido. Se asocia con el color y la calidez del sol (que a su vez se relaciona con la felicidad). Si tienes un mal día, usa amarillo, porque te dará energía casi de forma instantánea. Además, la que viste de amarillo, en su belleza confía.
Verde: Transmite calma y bienestar. También, es más fácil que proyectes confianza a los que te rodean. Hay muchísimos tonos de verde. Los tonos más oscuros transmiten la idea de prosperidad y abundancia, mientras que los más claros hablan de restauración, nuevos comienzos y resurgimiento (Ding, ding, color para después de un rompimiento, como el fénix)
Azul: Transmite relajación y serenidad. Por lo que si lo que quieres es sentirte más fuerte y con energía este el azul muy oscuro no es tu color. Podría bajar tu ánimo. Sin embargo, puedes combinarlo con tonos de azul más claro o con colores vibrantes como el amarillo, o el rojo que se llevan muy bien y mantienen tu serenidad sin mandar tus ánimos para abajo.
Espero empiecen a usar más color, de este lado del hemisferio la primavera está a la vuelta de la esquina, ¡Y ya no podemos esperar!
Ah, y sobre el cabello rosa quizás sí esté madurando. Y sobre los colores para tu cuarto, y otras áreas de tu vida, consultaremos al Feng Shui y ya hablaremos de eso después.
Fuente: Chriselle Lim
