Aunque la industria de la moda opte por figuras delgadas para portar los últimos diseños de moda, a raíz del siempre creciente problema de trastornos alimenticios y abogando por una imagen más real es que ahora vemos que poco a poco las llamadas modelos XL van ganando terreno en las pasarelas.
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Ya son muchas las compañías y firmas que han adoptado la filosofía de mostrar a mujeres con cuerpos curvilíneos para sus campañas publicitarias. Así lo hizo Dove hace algunos años cuando lanzó Real women have curves e incluso la súpermodelo Tyra Banks, quien siempre ha tenido un cuerpo voluptuoso, ha defendido la urgencia de dejar de compararse con los cuerpos ultra delgados que vemos en las pasarelas y lograr alcanzar un estándar de belleza que nos haga sentir cómodas pero, más importante aún, que sea saludable.
Un caso bastante popular es el de Crystal Renn. Con una cara preciosa, un cazatalentos le ofreció a los 14 años una carrera exitosa con la condición que bajara 20 kilos. Crystal se sometió a una dieta extrema acompañada de una rigurosa rutina de ejercicios y logró su meta. Lo triste es que también se volvió anoréxica.
Después de unos pocos meses comenzó a ganar el peso de vuelta y los mismos agentes le recomendaban que se mantuviera apegada a su dieta. Crystal logró recuperarse de la anorexia pero subió 30 kilos, lo que inmediatamente la movió de categoría a “tallas especiales”.
El movimiento fue un gran golpe a su ego pero nunca se imagino que con sus maravillosas medidas de 96-82-109 se volvería la consentida de Jean Paul Gaultier ni la cara de la campañana Why not? de Mango.

Esta es solo una historia de tantas que nos enseña una valiosa lección sobre la belleza. Todas tenemos cuerpos diferentes y cada uno es bello como es. Lo importante es saber sacarle provecho a lo que tienes para verte siempre radiante.