Es que no me puede gustar más este programa. Comencé a ver la edición UK cuando estaba en el colegio. Dos minas tan víboras como amorosas agarraban a mujeres en general viejas y feas y las transformaban en jóvenes y preciosas. La verdad, antes eran así, pero como se ponían la ropa del año del cuete, fea, ancha y de anciana, que habían comprado en la ropa usada. Mal.
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Entonces llegaban estas minas, les botaban todo, les explicaban qué cosas les quedaban bien para sus edades, cuerpos y ocupaciones. Luego salió la versión USA; Stacey y Clinton, en un programa mucho más largo, con la misma dinámica salvo que con muchísima más plata. Me gusta mucho más el de las inglesas, será porque escogen gente que se viste tan mal que cuando la arreglan el resultado es óptimo, o porque la ropa en Inglaterra es más linda. Cosa de gustos no más.
Después a las personas les hacen un cambio de look, las maquillan, les cortan el pelo y a veces, si tienen problemas muy heavy, les hacen limpiezas dentales, blanqueamientos o tratamientos faciales.
Al programa llegaban tanto participantes que no tenían muchos recursos, como participantes con hartos recursos. Pero salvo raras excepciones, la mayoría de las personas tenía cualquier cantidad de ropa. Pero nada servía, porque en general, todo había sido comprado en liquidaciones, tiendas de saldos, ropa usada. La gente compraba por barato más que porque le gustara. Y no era que quisiera gastar menos plata, sino que quería comprar más cosas.
Como mucha gente que conozco, entre ellas yo. Y ya no quiero ser así.
Quiero tener un clóset inteligente, con suficiente ropa para cada ocasión, y para poder combinar y no verme tan repetida. Pero no lo logro. Tengo una especie de obsesión por no repetir cosas. O sea, claro, sí repito, como les había contado la otra vez. Pero cuando ya me empiezo a ver obligada a repetir, empiezo combinar distinto.
El problema de todo esto, es que, por no repetir, me pongo prendas o combinaciones que no me gustan tanto o no me quedan tan bien. Y en un momento, me compraba harta ropa barata para no repetirla, y ahora tengo una montaña de puras hueás.
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El desafío, entonces, es empezar a comprar de una manera más sensata; cosas de mejor calidad, que se puedan poner hartas veces y lavar sin romperse. No sirve de nada tener el clóset lleno, si cuando tengo algo importante y me quiero ver bien, nada parece servirme.
Me cuesta, me cuesta mucho; cuando pienso en lo que me voy a poner, irremediablemente pienso en lo que no me he puesto, y no en las cosas que me gustan, y me hacen sentir bien. Pero no sé cómo hacerlo.
¿Algún tip para de una buena vez poder ponerme lo que me gusta y no lo que no me he puesto?
*No te lo pongas. De lunes a viernes a las 14.00 en Discovery Home and Health.