Para las mamás que tienen un teletrabajo o cumplen sus deberes desde casa el titular de esta nota es una obviedad. El estrés es prácticamente su segundo nombre y los malabares entre atender a los hijos e intentar concentrarse en sus obligaciones cada vez son más complicados.
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Así lo confirmaron varios estudios que se empezaron a desarrollar a partir del inicio de la pandemia, cuando la sociedad cambió abruptamente su forma de distribuirse las cargas entre el trabajo y la familia y todo se concentró en la casa, asumiendo ellas la mayor parte del peso.
Esto lo corroboró una investigación de la Universidad de Valencia, citada en El País, en la que afirmaron que «las mamás con menores que tienen un teletrabajo soportan la mayor parte del estrés del confinamiento”, algo que a muchas le tocó padecer a partir del 2020, pero que otras, ya sufrieron en el pasado por su tipo de oficio y que tienen iguales consecuencias.
De hecho, afirman que cargar con el seguimiento escolar de hijos e hijas en edad educativa, las tareas del hogar y sus propios compromisos son «elementos de ansiedad y estrés añadidos» al de por sí duro rol de ser mamá.
“Es habitual por parte de las madres teletrabajar durante la madrugada, bien sea retrasando el momento de ir a la cama o levantándose antes que el resto de miembros de la familia”, agregaron, por lo que siempre manifestaron estar agotadas.
Para las mamás, el estrés del teletrabajo y la crianza suma más de 40 horas semanales
Según un estudio de las Universidades de Manchester y Essex, debido a que las tareas no se pueden completar en los plazos estipulados, se acumulan las responsabilidades o no se logran los resultados adecuados, lo que a muchas también les costó su empleo.
«Las respuestas de estrés, los niveles hormonales y la presión arterial y los niveles de colesterol apuntaron que las madres trabajadoras viven con mayor estrés», puesto que reportaron «una presión arterial 40% más alta que las mujeres que no tienen hijos y que trabajan a tiempo completo», agregó Soy Carmín.
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