El mundo es un lugar cada vez más complicado y la maternidad enfrenta retos más y más exigentes. Ya no sólo se trata de educar a los niños para que sean responsables de sus tareas, ayuden en la casa y respeten a los adultos sino que además, aprenden a expresarse y manejar sus emociones de manera inteligente.
Con tanta presión social en torno a la idea de «maternidad perfecta», es prácticamente imposible no cuestionarte si lo estás haciendo bien o no.
Los sacrificios de la maternidad.
A veces, el estrés puede abrumarnos hasta el punto de dejar el cuidado personal en un segundo plano. La ironía es que el cuidado personal es lo que nos ayuda a reducir el estrés. Entonces, ¿cómo empezar?
Por difícil que parezca, el cuidado personal debería ser una prioridad absoluta, especialmente cuando tienes hijos que esperan lo mejor de ti todo el tiempo.
Las mamás anteponemos las necesidades de la familia a las nuestras y sacrificamos el sueño y muchas cosas más para atender a todos.
Esos pequeños momentos de relajación en la ducha o de Netflix sin pensar en nada se convierten en un sueño anhelado pero no debes permitir que la maternidad acabe contigo.
Tu bienestar es el bienestar de los tuyos.
Lo importante que debemos recordar es que si no estás en tu mejor momento, no darás lo mejor de ti a tus hijos.
Cuando te concentras en tu bienestar, eres capaz de darle a tus hijos todo tu amor y comprensión. Te vuelves en un apoyo para ellos y ellos en el tuyo.
Tener un momento para ti de vez en cuando te permite estar lo más tranquila posible, lista para atender cualquier emergencia y ser un ejemplo para tus pequeños.
Estar bien contigo misma te permite criar niños emocionalmente inteligentes.
Una maternidad emocionalmente inteligente es criar niños con buenos valores pero sobre todo, capaces de enfrentar al mundo con empatía y un entendimiento más profundo.
La inteligencia emocional se define como la capacidad de una persona para expresar y manejar los sentimientos de manera adecuada, respetando los sentimientos de los demás. Es un conjunto de habilidades que los niños pueden comenzar a aprender a cualquier edad.
Un buen descanso y un momento para ti te hace más paciente y positiva.
Cuando hayas descansado bien y hayas tenido tiempo para atender tus propias necesidades, tendrás más paciencia con los demás. El llanto de tu hijo a las 10 de la mañana de pronto no será tan malo después de que tomes un café tranquilamente y un desayuno saludable. Estarás mejor capacitada para sobrellevar el estrés antes de un colapso.
Sé un buen modelo a seguir.
Recuerda que tú debes ser la primer persona que actúe con empatía, tolerancia y respeto hacia los demás. Los niños observan a otros para aprender formas apropiadas de comportarse e interactuar. Son fácilmente influenciados por los comportamientos que ven a su alrededor.
Puedes ser un buen modelo a seguir reconociendo y valorando los sentimientos de los demás, y mostrando comprensión y simpatía cuando alguien está triste, molesto, angustiado, frustrado o necesita ayuda.
No hay un manual sobre cómo ser mamá pero sí hay que poner atención en la forma en la que se educa a los niños, el entorno donde desarrollan sus habilidades sociales y el estilo de vida que se lleva en casa.
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