Sí, las mujeres que se encargan de sacar a sus hijos adelante son dignas de toda nuestra admiración y respeto pero decirles «mamás luchonas» puede verse como una forma de sentir «lástima» o de romantizar el hecho de que el padre no se haga cargo por igual.
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Al igual que sucede con las historias de amor y de superación personal, la maternidad a menudo es retratada como algo fabuloso y glamoroso. Según todas las películas, libros y demás publicaciones que hablan sobre el tema, la futura mamá siempre tiene un brillo especial en los ojos. Su barriguita hace que se vea hermosa y hasta su tono de voz, se vuelve más dulce. Tras dar a luz, su belleza se eleva porque ahora tiene a su lado un pequeño ser que salió de su interior.
Aquí algunas buenas razones para dejar de usar el término «mamá luchona»
Porque no es realista
La maternidad no es como en las películas o en las publicaciones de las famosas en las que siempre salen impecables. Es sucia y apestosa por la cantidad de fluidos involucrados, cansa y por momentos te hace sentir que no lo estás haciendo bien. Decir que una mamá es «luchona» hace parecer que no sufre y que todo lo hace bien cuando en realidad hay una enorme peso sobre sus hombros.
Porque devalúa todo el trabajo que hacen las mamás
Si te dicen «mamá luchona» es porque admiran cómo estás llevando la maternidad y si no, entonces no eres digna de admirar. Catalogar a las mamás de este modo es devaluar a las que no reciben este nombre. Es como si no todas hicieran un esfuerzo por sacar adelante a los suyos.
Porque afecta la salud mental de una mamá
El estigma de la salud mental es una cosa, especialmente cuando eres una nueva mamá que se supone que está enamorada de todo lo relacionado con los bebés. Decir que una es «mamá luchona» es poner un enorme peso sobre sus hombros porque pareciera que todos esperan a que lo hagas bien todo el tiempo cuando la realidad es que es un trabajo duro e imperfecto.
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