A veces la peor enemiga de la autoestima de tu hija eres tú misma aunque duele reconocerlo. La misión como madre es proteger a los pequeños y guiarlos a ser buenas personas, pero las mamás también son imperfectas así que pueden cometer errores.
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Sin embargo, esto no es excusa para permanecer en las mismas equivocaciones durante años a costa de la salud física, mental y emocional de los niños, quienes terminan heridos por las conductas destructivas de sus padres.
Comentarios que lastiman la autoestima de los niños
Etiquetarlos de forma despectiva
«Eres una tonta», «Eres muy desordenada», «Eres muy perezosa». Todas las madres en alguna ocasión han cometido el error de etiquetar a su hija con esos adjetivos que terminarán influyendo en su vida adulta.
Según el portal especializado Psypuc, «los niños van formando el concepto de su yo propio a través de la mirada del adulto, sobre todo de los padres. Si esta mirada es negativa, su valoración también lo será».
Por eso, es preferible evitar esta clase de comentarios porque terminarán creyendo que de verdad son así o, al contrario, se esforzarán de forma insana toda su vida para demostrarle a sus padres que se equivocaron.
Negar sus emociones es nocivo para la autoestima
«No llores», «No es para tanto», «No deberías sentirte así». Pese a que muchas madres lo hacen de forma inocente para calmar una rabieta, en realidad esto lesiona el autoestima de su hija porque no se sentirá comprendida o entendida.
Es decir, genera problemas de comunicación y desconfianza. «Si quieres que tu hijo sea emocionalmente inteligente ayúdale a saber y entender qué emoción siente, sólo así, conseguirá comprender y gestionar las distintas situaciones emocionales y sociales de la vida», afirman.
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Las comparaciones también dañan la autoestima
Se suele repetir que las comparaciones son odiosas, pero también muy perjudiciales para la autoestima porque generan sentimientos de inferioridad, poca valía, celos y rivalidades.
«Tu hermano es más listo que tú», «Tu amiga lo hace mejor», «No te queda tan bien como a…», son esta clase de comentarios que es mejor no hacer porque desencadena reacciones diversas.
Algunas de ellas son agresividad, búsqueda de aprobación constante de los padres, dependencia de los comentarios positivos, conductas depresivas, entre otras, informa la fuente.
Hacer las cosas en su lugar
«Lo haré yo», «Apártate, lo haré más rápido», «No lo haces bien, déjamelo a mí», esas son algunas de las frases más recurrentes cuando las madres creen que le hacen un favor a su hijo… Y es todo lo contrario.
Para los especialistas, esto solo le envía negativos mensajes a la autoestima de los niños pues creen que sus padres no confían en ellos, no saben hacerlo o no pueden hacer nada bien.
Asimismo, aseguran que afecta la autonomía, aumenta la dependencia, provoca inseguridades y la falta de esfuerzo. Ellos también deben aprender a solucionar sus propios problemas, además de asumir la responsabilidad de sus actos.
Depositar las emociones negativas en ellos
«Me avergüenzas», «Estoy harta de ti», «Me tienes cansada». Es normal sentirse abrumada con la maternidad, pero antes de decir cosas hirientes es preferible detenerse, tomarse un respiro y pensar antes de hablar.
El citado medio afirma que estos comentarios en vez de mejorar la conducta de los niños lo único que logran es que tengan baja autoestima porque ellos entienden «soy un mal niño».
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