Amamantar a un bebé con la leche materna es uno de los actos más hermosos de ser mamá. Y es que la leche materna es la principal fuente de alimento natural para los bebés menores de 1 año.
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Ahora, uno de los grandes debates que existe en el mundo de la maternidad es determinar cuál es el período esencial y máximo para continuar amamantando al bebé.
Y es que el debate tomó mayor auge en 2012, después de que la revista ‘Time’ en Estados Unidos publicara en su portada a una mujer dando el pecho a un niño de cuatro años.
La portada, y la entrevista a la que acompañaba, generó entonces infinidad de comentarios, debates y controversias.
En lo que coinciden los médicos y expertos en maternidad es que la leche materna y la lactancia en un bebé menor a un año es incomparable. Pero recuerda que cada caso es distinto, y siempre debe ir acompañado el proceso de un especialista.
La leche materna tiene la mejor calidad de proteínas, aporte de agua, carbohidratos, bacterias que son equivalentes a los probióticos, además de otras tantas ventajas desde el punto de vista de los micronutrientes, vitaminas, y todo lo necesario para el desarrollo y crecimiento del niño.
El tiempo ideal para amamantar
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Ahora, en la actualidad existen dos posturas bien definidas, sobre el tema de amamantar a los bebés y niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar desde el nacimiento y hasta los seis meses de edad del bebé, y desde entonces, la introducción de otros alimentos apropiados.
En conclusión, la lactancia materna según la OMS debería mantenerse hasta los 2 años y un poco más.
Pero, en distintas sociedad existen diversos grupos de mujeres que apoyan la postura de que la lactancia “prolongada” puede ir más allá de los 24 meses de vida y hasta incluso hasta los seis años.
La verdad es así de sencilla. Al no existir un consenso definitivo lo ideal es que la lactancia debe prolongarse hasta que la madre y el niño así lo quieran.
Es la propia madre quien debe decidir cuándo cree que ha llegado el momento de destetar, intentando optar eso sí por una forma gradual, sin ofrecer ni negar el pecho, y negociando las condiciones con el niño.
Si, en algún momento, dar el pecho al niño deja de ser agradable, la madre ha de plantearse si quiere continuar o no con la lactancia. En otras palabras es una decisión personal de toda madre determinar cuándo dejar de amamantar.
Beneficios de la lactancia
– La leche materna es el alimento más nutritivo que existe en la naturaleza por sí solo.
– A través del consumo de leche materna, el niño recibe defensas de su madre. Por la lactancia todos los niños pueden reforzar su sistema inmunológico y eso es muy positivo para su crecimiento y desarrollo.
– La lactancia materna aparte de otorgar beneficios nutricionales, también tiene propiedades afectivas. La lactancia materna trae al pequeño consuelo, tranquilidad y bienestar.
– Otros de los beneficios de la lactancia materna en los niños es que el proceso proporciona las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasa al bebé. También proporciona las proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que los bebés necesitan.
– La leche materna tiene anticuerpos que ayudan a evitar que el bebé se enferme.
– Al amamantar a un bebé el pequeño será menos propenso a desarrollar alergias, infecciones del oído, estreñimiento, enfermedades de la piel, infecciones estomacales o intestinales; además de enfermedades respiratorias, como la neumonía y la bronquiolitis.
– Asimismo, el bebé alimentado con leche materna pueden tener un menor riesgo de padecer: diabetes, obesidad o problemas de peso, síndrome de muerte súbita del lactante y caries en los dientes.
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