A medida que un niño va creciendo en poco tiempo va asimilando como una especie de “esponja” todo lo que le rodea y en especial el vocabulario, más aún de las personas que lo rodean.
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Su nivel de aprendizaje puede avanzar mucho más si el pequeño está rodeado de teléfonos inteligentes, Tablet, computadoras, dispositivos electrónicos de música, internet y hasta televisores de última generación.
Y es que todos aspectos pueden incidir en que el niño corra el riesgo de aprender y decir malas palabras. Para la gran mayoría de las madres esto no puede resultar nada gracioso y divertido.
¿La razón?, si un niño en un evento familiar o social dice una “palabrota” te producirá un verdadero momento incómodo, de vergüenza y con ganas de llorar.
Consejos prácticos
De seguro que la solución más rápida para una “mala palabra” por parte de un niño es imponer un fuerte castigo. Pero antes de eso, lo ideal es buscar la raíz del problema y hacerle entender al pequeño que esas acciones hieren, insultan y discriminan a los demás.
Te presentamos los mejores consejos ante esta situación:
Toma calma ante la situación
Si detectas que tu hijo está diciendo malas palabras, evita en la medida de lo posible los golpes y el castigo físico. Lo mejor es tomar la situación con calma y “cabeza fría”, no te desesperes.
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Instaura una dinámica de comunicación en un lugar tranquilo para tratar de descubrir en donde el niño aprendió a decir malas palabras, a través de otra persona o en la televisión. Es fundamental que mantengas la calma y no caigas en confrontaciones.
Explícale el significado de su mala acción
Explícale a tu hijo, de manera tranquila y serena, que ese tipo de lenguaje no es adecuado y que es una regla en casa. Hazle saber que si repite las palabras “prohibidas” deberás recurrir a prohibiciones y castigos como: no verá su programa favorito, no saldrá al jardín a jugar o incluso no usará su computadora o la televisión.
Predica con el ejemplo
Toda madre sabe que el mejor ejemplo para su niño es el que ella le pueda dar. Por eso, ten el cuidado necesario para no expresar ninguna mala palabra frente a él.
Aunque tengas cólera, evita que se te “escapen”. Si es así, pide disculpas.
Por tanto, si quieres respeto en la comunicación, debes predicar con el ejemplo y tratarle con respeto. Los gritos, las malas palabras y la agresividad solo generan más violencia e incomunicación.
Expresa tu malestar con amor y carácter
Recuerda que a todo niño se le puede disciplinar con amor, pero con carácter.
Es fundamental que tu hijo comprenda que aunque diga malas palabras, le sigues queriendo, pero que él tiene que cambiar su mal comportamiento.
Puedes decirle frases como: “Te quiero mucho, pero no voy a tolerar ese comportamiento”.
También es importante que le hagas reflexionar sobre sus palabras y acciones.
Dale una nueva oportunidad
Si lo hace por primera vez, dile que está perdonado, pero si vuelve a hacerlo, él deberá asumir las consecuencias de su acción.
Como madre, obviamente, cumplirás con su castigo porque sino la mala conducta seguirá y se extenderá hasta tiempo indefinido.
¿Cuándo buscar ayuda adicional?
Recuerda que decir malas palabras en sí no es un signo de alteración emocional en un niño.
Sin embargo, si existen otros problemas en su comportamiento (mentiras crónicas, robos crónicos o dificultades con sus amigos o compañeros del colegio), las malas palabras e insultos podrían ser sólo otro síntoma de un trastorno psicológico o social preexistente.
Si este es el caso, habla con el pediatra de tu hijo sobre algún tipo de tratamiento. También puedes acudir a un psicólogo infantil para que les brinde una terapia individual o familiar, si fuera el caso.
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