Las mujeres vivimos bajo muchas presiones. La sociedad espera demasiado de nosotras y nos somete a la idea de lo que «deberíamos ser y lo que no. Se nos prohíbe mostrar vulnerabilidad pero tampoco nos permite mostrar cuán fuertes somos, porque una «señorita» siempre debe ser recatada. Sin embargo, cada una de nosotras ha recorrido caminos diferentes y librado sus propias batallas.
PUBLICIDAD
Desde niñas se nos ha enseñado a que tenemos que ser delicadas y suaves como el pétalo de una rosa; que nuestro mundo tiene que ser de color rosa y que seremos plenas cuando encontremos a un hombre con el cual formar una familia. Quizá parte de la culpa esté en todas esas películas Disney y cuentos de hadas que nos hicieron creer que debemos ser unas «damiselas en peligro», en espera de un «príncipe azul» que nos rescate. Sin embargo, por más lindo que pueda ser, los tiempos han cambiado y es momento de enseñarle a las nuevas generaciones a ser fuertes.
Es momento de dejar de romantizar conductas tóxicas que se nos ha enseñado en las películas o nuestras abuelas (e incluso madres) y que hemos terminado por normalizar.
Criar una niña bajo la idea de que debe ser fuerte no es nada fácil y menos en un mundo dominado por creencias tan machistas; pero es necesario. Aquí están 5 formas en las que puedes criar una niña que se valore a sí misma.
Que tus elogios no se centren únicamente en la apariencia de tu hija
Las niñas pequeñas son hermosas y adorables. Es un hecho que nadie puede negar pero también es un problema si esa es la única forma en que te refieres a ellas. Está bien que señales lo bonita que se ve pero trata de siempre agregar otros atributos como que es inteligente, amable y fuerte porque una mujer puede ser todo. No permitas que nunca cuestione lo que es capaz de hacer. A medida que crezca, también asegúrate de que sepa que puede hacer cualquier cosa que sus compañeros hombres hacen porque no hay tal cosa como juegos «de niñas» y juegos «de niños»
Piensa detenidamente con qué presionas a tu hija para que haga
Sí, todos tenemos que hacer muchas cosas que no queremos en la vida, pero las hacemos por buenas razones. Soportamos las partes malas de nuestro trabajo porque las recompensas las superan pero eso puede ser contraproducente y hacer que olvidemos nuestro valor por «quedar bien». Eso lo aprendimos de niñas y ahora es cuando podemos cambiar la jugada. Cuidado con la frecuencia con la que presionas a tu hija para que haga cosas que no quiere hacer y asegúrate de que la justificación sea sólida. De lo contrario, corres el riesgo de enseñarle que no tiene derecho a decir no a lo que otros le piden hacer.
PUBLICIDAD
Anima a tu hija a perseguir una pasión
El compromiso total con una actividad que ama le dará la oportunidad de dominar los desafíos, lo que aumentará su autoestima y resiliencia, al tiempo que afirmará los valores intrínsecos en lugar de la apariencia.
Tener una pasión le permite expresarse, experimentar y aprender pero sobretodo a romper los patrones machistas que siempre han limitado tanto a las mujeres.
Está bien decir que no
Siguiendo con el punto anterior, enseñarle a las niñas a decir que no es muy importante. De hecho, es muy necesario decir no cuando no nos sentimos seguras o cómodas con algo. Seguramente creciste con la idea de que decir «no» significa ser descortés pero quizá te llevó a sentirte incómoda en muchas ocasiones.
Aprender a decir que no será una de las cosas más fortalecedoras que harás en tu vida y no hay nada más poderoso que transmitírselo a tu pequeña. La presión social siempre nos hace aceptar todo, aún cuando vaya en contra de nuestros valores. Aprender a decir que no es la clave para evitar problemas que pueden poner a una niña en riesgo. Puede que tengas que decirlo más de una vez. Puede que tengas que decirlo más fuerte. Pero está bien, y no hay vergüenza en esa pequeña pero poderosa palabra.
Defiéndete, siempre
La violencia por la que están pasando las mujeres cada día alrededor del mundo nos pone a pensar sobre el futuro que le espera a nuestras hijas. Estamos atravesando tiempos difíciles en los que las mujeres hemos tenido que aprender a alzar la voz frente a las injusticias. Por ello, es importante que desde pequeñas aprendan a defenderse y no permitir que alguien abuse de ellas por ser «el sexo débil». No hay un sexo más fuerte que el otro. Cuando enseñamos a nuestras niñas a defenderse por sí mismas, por sus creencias y ambiciones, les estamos dando libertad para hablar no sólo por ellas mismas sino por muchas otras. Nuestra sociedad se está convirtiendo en un lugar cruel y se necesita de niñas mentalmente fuertes para marcar la diferencia.
Más de este tema
Sé la mujer de la que tu niña interior estaría orgullosa
El lado oscuro de la maternidad que nadie te cuenta
Las lecciones que aprendimos con «Los cuatro acuerdos» y le darán sentido a tu vida
Te recomendamos en video