La ansiedad no es un trastorno que afectan exclusivamente a las personas adultas, en especial, a quienes sufren de mucho estrés o preocupaciones.
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Al contrario, la ansiedad también puede afectar directamente a los niños y adolescentes.
Ahora, en términos más simples, la ansiedad es básicamente un mecanismo universal defensivo, un trastorno, que tienen todos los seres humanos, sin distinción de condición, credo, raza o religión.
La ansiedad puede ocurrir cuando una persona teme que algo malo va a suceder. Por lo general se le relaciona con el estrés. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes.
Quienes padecen ansiedad desarrollan sentimientos de miedo y preocupación, además de otros síntomas físicos, como tensión muscular.
Ansiedad en los niños
La ansiedad en los niños debe manejarse con cuidado y tener los cinco sentidos alertas para que no se convierta en algo peligroso y difícil de tratar.
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Por lo general, la ansiedad en los niños puede confundirse con “nervios” o miedo ante una situación, pero su tratamiento debe ser de cuidado.
Algunos síntomas de ansiedad en los niños son los siguientes:
– Por lo general, el niño o la niña a menudo se queja de dolores de estómago o de cabeza. Además de la pérdida, sin razón aparente, de la pérdida de apetito.
– Constantemente tensa los músculos y tiene cambios bruscos de mal humor.
– Se niega a merendar o almorzar en la guardería o en la escuela.
-Algunas señales emocionales de ansiedad son que el niño llora mucho, es muy sensible, teme cometer errores, tiene ataques de pánico.
– Es inquieto, hiperactivo, miedoso o distraído.
– Empieza a temblar o a sudar en situaciones intimidantes.
– Tiene problemas para quedarse o permanecer dormido.
– Se preocupa o siente temor cuando lo dejan en algún lugar.
– Tiene pesadillas frecuentes y miedo excesivo acerca de perder a uno de sus padres o a un ser querido.
Consejos para tratar la ansiedad en los niños
Uno de los consejos más prácticos para tratar la ansiedad en los niños es teniendo una conversación franca y sincera con la persona afectada, en un lugar tranquilo.
Ayuda al niño o niña, con tu apoyo, a afrontar sus miedos y elógialo por cada intento que realiza para encontrar una solución a los problemas que enfrenta.
Ten en cuenta que la ansiedad es común en los niños que tienen dificultades en la escuela. Pregunte al maestro o docente si su hijo está teniendo algún problema para aprender o relacionado con el comportamiento.
Otro recurso original y bastante aceptable es construir una “caja de preocupaciones”. Puedes pedirle al niño que escriba cada preocupación y dejarlo dentro de la caja. Los niños pequeños disfrutarán de esta actividad.
También puedes ayudarlo a hacer respiraciones profundas y lentas, a través de su nariz durante tres tiempos y a través de su boca por otros tres cuando se encuentre en un estado de ansiedad.
La actividad física también es un gran aliado para tratar la ansiedad infantil.
Desarrolla en los pequeños un estilo de vida saludable con ejercicio regular para reducir los niveles de hormonas de estrés, buenos hábitos para dormir con calma, limitar las pantallas o tiempos en la televisión y computadora. Además de tener una dieta saludable.
Ahora, cuando los síntomas cognitivos, físicos y conductuales de la ansiedad son persistentes y severos en el niño no dudes en acudir a un médico especializado.
La ansiedad puede volverse peligrosa en los niños cuando estos presentan una severa angustia por su vida. No puede desarrollar su capacidad para trabajar o estudiar, socializar o realizar sus tareas diarias.
Recuerda que la ansiedad tiene tratamiento. Más del 90% de las personas que se tratan por trastornos de ansiedad se recupera del todo.
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