Las mujeres vivimos bajo muchas presiones. La sociedad espera demasiado de nosotras pero cuando somos «demasiado», nos mira como si estuviéramos locas.
El estereotipo de mujer fuerte está lleno de prejuicios. Por un lado, aplauden que seamos inteligentes y ambiciosas pero por otro, ven la exigencia o la necesidad de «romper el molde» como una condena que nos hará miserables el resto de nuestras vidas.
Es momento de enseñarles a nuestras hijas que nada de esto es cierto; ser una mujer fuerte no es un capricho, es necesario.
Cría una hija que no se deje derrumbar por nadie, que se sea independiente y sobretodo, que sea emocionalmente inteligente.
Tu hija, tu sobrina o cualquier pequeña que sea cercana a ti necesitará un modelo a seguir, una mujer fuerte que le enseñe que no debe dejarse de nadie.
No es que exista un manual sobre cómo educar correctamente a las niñas pero la forma en la que se está moviendo el mundo, exige una enseñanza mucho más resiliente y enfocada en la inteligencia emocional para que cuando crezcan, conozcan su valor y se den cuenta de que no necesitan que nadie las salve o las mantenga.
Pensamiento crítico
Desde niñas hemos aprendido que necesitamos la ayuda de alguien más para poder resolver nuestros problemas, especialmente si se trata de algo mecánico o de fuerza. Sin embargo, es momento de enseñarle a las nuevas generaciones de niñas que el ser mujer no es una limitación en ningún sentido. Cuando tus hijas enfrentan dificultades, la mejor manera de comenzar a enseñarles sobre el pensamiento crítico es involucrarlas y enseñarles qué hacer si algo así vuelve a suceder. Si rompieron su juguete, impúlsalas a que reparen las piezas rotas. Este pequeño acto les ayudará más adelante, cuando se enfrenten a situaciones críticas en su relación, lugar de trabajo o negocio.
Dale autoridad sobre su propio cuerpo.
Es importante enseñarles a las niñas que son dueñas de su cuerpo y que pueden hacer con él lo que quiera, siempre y cuando estén sanas y salvas. Esto es empezar a dejarles usar la ropa que quieran, sin imponerles un estilo porque creemos que es lo mejor para ellas. Las niñas pueden empezar a decidir si quieren usar un vestido o un pantalón. Poco a poco estarán seguras de que tienen razón en sus elecciones, su propio cuerpo se lo dice. Intervenir con una imposición es flagelar su confianza en sí mismas. Tus elogios deben centrarse únicamente en la apariencia de tu hija. Enséñale que los cuerpos vienen en diferentes formas y tamaños.
Enséñale que está bien decir que no
De hecho, es muy necesario decir no cuando no nos sentimos seguras o cómodas con algo. muchas crecimos con la idea de que decir «no» significa ser descortés pero al crecer, esto pudo llevarnos a tener problemas cuando nos enfrentamos a otros. Aprender a decir que no es una de las cosas más poderosas que puedes enseñarle a tu hija para que rompa con este patrón. La presión social siempre existirá y en algún momento se sentirá obligada a aceptar algo que no quiere y que quizá atente contra tu integridad. Puede que tengas que decirlo más de una vez. Puede que tengas que decirlo más fuerte. Pero está bien, y no hay vergüenza en esa pequeña pero poderosa palabra.
El verdadero amor no es como se representa en los cuentos de hadas.
Un de las lecciones más rudas que enseñarle a una niña, después de todo, crecerá con las historias de La Sirenita, La Cenicienta y todas esas princesas que encontraron el amor en un príncipe encantado, sin cuestionar nada. Pero el amor es trabajo duro y aún cuando alguien diga que tuvo un «amor a primera vista», el resto tuvo que ser un esfuerzo de dos. Lo más valioso que una niña puede aprender es que el amor es hermoso pero la gente cambia, al igual que las circunstancias y se necesita una puerta en evolución de compromiso y confianza para encontrar lo que llamamos amor verdadero. No tiene que seguir ningún patrón ni tampoco satisfacer expectativas ajenas.
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